4. Utilitarismo

Si preguntamos a cualquier persona de nuestro entorno por los motivos que le llevan a apreciar a la ciencia, probablemente responderá que la valora como un medio para un conocimiento cada vez más detallado y preciso del mundo que nos rodea, pero sobre la estimará por su valor práctico, por los beneficios que suponen su aplicación técnica. Esta visión hoy generalizada fue postulada en su momento por el positivismo: hemos visto que éste defiende una visión de la ciencia como modelo de conocimiento, sin percibirla tan sólo como un medio para el conocimiento teórico de la realidad, sino como portadora de una indudable función práctica: contribuir al progreso. El utilitarismo es una teoría que parte de este concepto instrumental de la ciencia y que se centra fundamentalmente en cuestiones prácticas; el principal objetivo de los argumentos elaborados en el seno del utilitarismo será el de la consecución de la máxima felicidad humana.

Imagen en Wikimedia Commons

 

Jeremy Bentham
Imagen en utilitarianism.com
Por utilitarismo se entiende un modelo moral y social que cuenta entre sus principales teóricos a Jeremy Bentham, James Mill y su hijo John Stuart Mill. Su principio fundamental se puede expresar así: lo bueno es lo útil. Desde su fundamento en la ética, el utilitarismo es interpretado como un instrumento social y político progresista a favor de los intereses generales.

Recordarás cómo Kant había ligado la moralidad de las acciones a la noción de deber y por ello a la voluntad de quien las realiza más que a sus efectos. No son para él las consecuencias, esto es, su utilidad o beneficio, sino la recta intención, lo que confiere valor moral a una acción. El utilitarismo sin embargo será un modelo ético consecuencialista, o sea, que atiende a las consecuencias de las acciones y determina desde ellas su corrección o incorrección La moralidad de una acción viene determinada por la utilidad que de ella se derive para la humanidad.

Imagen de postaletrice en Flickr
El utilitarismo parte de la interpretación clásica, expuesta con anterioridad por filósofos como Epicuro, que la motivación básica del ser humano consiste en alcanzar el placer y evitar el dolor; La vida feliz, entendida como una vida placentera y dichosa, es el fin a conseguir y el determinante de nuestra acción, así Bentham afirma: “La naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno de dos amos soberanos: el dolor y el placer. Ellos solos han de señalar lo que debemos hacer”. Es la consecución del placer, y por lo tanto de la felicidad, lo que hace útil una acción. El grado de utilidad de las acciones vendrá determinado por el grado de satisfacción que se deriva de ellas, entendiéndose como una regla que debe buscarse el mayor bien para el mayor número. Por otro lado, la búsqueda del interés ajeno no es algo que resulte negativo para el bien propio, sino que por el contrario, ambos se encuentran ligados entre sí.

Bentham, considerado como el padre del utilitarismo, pretende introducir el estudio de la ética en el ámbito de la ciencia; para él la cantidad de placer es algo mensurable, tanto a nivel individual como colectivo, por lo que la mejor elección moral sería el resultado de un cálculo de la felicidad resultante entre las opciones en juego.

 
 Imagen de postaletrice en Flickr
Stuart Mill, continuador de las posiciones de Bentham, insiste en la vinculación entre la felicidad propia y la ajena; el afán por hacer la vida placentera a los que nos rodean tiene como consecuencia nuestra propia satisfacción, por lo que actitudes desinteresadas como el sacrificio o la renuncia encajan con una visión utilitarista de la existencia. Él replantea la interpretación de Bentham sobre la valoración cuantitativa de los placeres, así los jerarquiza según se encuentren vinculados a las pasiones, que para él serían placeres inferiores, y aquéllos relacionados con el intelecto, placeres superiores; la preferencia por este tipo de goces liga a Stuart Mill a una larga tradición filosófica en la que podríamos incluir, entre otros, a Aristóteles, Epicuro, o el estoicismo.

Icono de iDevice AV - Reflexión
Imagen de micock en flickr
Te proponemos que prestes atención a este caso en el que se plantea un dilema médico real, representativo de la dificultad que conlleva la toma de decisiones sobre el mantenimiento de la vida en situaciones límite. ¿Qué debería hacerse en coherencia con estos planteamientos?:
  • Un modelo ético como el kantiano, centrado en la noción del deber
  • Una ética utilitarista, que entiende que es la búsqueda de la mayor felicidad lo que debe guiar nuestra conducta.