4. Realidad y conocimiento

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Vamos a ponerles nombres a estos tres individuos. Empezando por nuestra izquierda: Luisa, María y Lucky. Si nos pidieran su descripción lo tendríamos bastante fácil: se trata de dos chicas y un gato. ¿Qué es lo que tienen en común Luisa y María para que las agrupemos bajo un mismo concepto? Ambas son mujeres, pertenecen a la especie humana. Si quisiéramos concluir desde ahí, siguiendo a los autores anteriores, desde Platón a Santo Tomás, que ambas poseen una esencia común, y que es eso lo que las diferencia del gato, Ockham se apresuraría a corregirnos: existen los individuos (Luisa, María y Lucky) y no las esencias universales. Empleamos los conceptos genéricos para referirnos a los individuos entre los que observamos semejanzas sin distinguir entre ellos. Un conocimiento aún confuso no nos permite diferenciar entre Luisa y María (seres humanos), aunque sí entre ellas y Lucky (gato). Un conocimiento más preciso nos permite la distinción y nos conduce a los individuos en particular: Luisa, María y Lucky.