5. La separación de la teología y la filosofía

Manuscrito de Summa Logicae de Ockham
Manuscrito de Summa Logicae de Ockham
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Guillermo de Ockham sostiene que no tenemos intuición natural de la esencia divina, ni tampoco su existencia nos resulta evidente. Su existencia debería ser probada, por lo tanto, por una reflexión a partir de los seres creados. Ese fue el procedimiento seguido por Santo Tomás, pero ¿es esto viable? También en este punto será Ockham crítico con la metafísica precedente y pondrá en tela de juicio el carácter demostrativo de las pruebas aportadas en el seno de la filosofía a favor de la existencia de Dios.
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Ockham repasó y rechazó por no ser concluyentes las pruebas aportadas por filósofos como Santo Tomás: no puede probarse la existencia de un primer motor, tampoco que el universo esté ordenado a un solo fin, ni la idea de Dios como una causa eficiente última. En su Comentario a las Sentencias admite, sin embargo, que puede establecerse filosóficamente la necesidad de una primera causa conservadora de este mundo, aunque de ello no podría derivarse la idea tradicional de Dios como ser supremo, infinito y único.

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 Maestro Francke, El hombre dolorido
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Los argumentos elaborados a favor de la existencia de un Dios supremo no son, según Ockham, concluyentes filosóficamente: no parten de premisas evidentes ni se resuelven en demostraciones científicas. Entiende que solo por la fe habremos de admitir la existencia de un ser supremo y único: la filosofía y la teología quedan, por lo tanto, separadas.

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Las críticas a los argumentos demostrativos a la existencia de Dios se extienden al campo de la psicología racional, negando la capacidad probatoria de los argumentos en defensa de un alma inmaterial e inmortal, fundamento de nuestro entendimiento y voluntad.