La idea de Dios como un ser ilimitado y omnipotente es uno de los elementos centrales del pensamiento de Guillermo de Ockham. La voluntad divina carece de límites y no existe nada superior a lo que ella deba someterse. Siempre que no exista contradicción, nada puede limitar el poder creador divino.
Como dogma de fe, este principio fue admitido por todos los pensadores cristianos con anterioridad, aunque Ockham entendía que muchos de sus planteamientos suponían de hecho una limitación del poder divino.
Para Platón, el Demiurgo, figura divina, construyó el mundo sensible tomando como modelo las ideas, de naturaleza eterna e inmutable, y plasmándolas sobre la materia. San Agustín se vio en la necesidad de adaptar este planteamiento al dogma cristiano, una concepción según la cual Dios es el principio absoluto y no puede admitirse realidad alguna originaria al margen de él. Soluciona el problema de la independencia las ideas respecto a Dios situando a éstas en la misma mente divina. Son por lo tanto las propias ideas divinas el modelo inmutable a partir del cual Dios creó el mundo.
El argumenento según el cual Dios creó el mundo tomando como modelos ideas universales existentes previamente en su mente se llama ejemplarismo. Para Ockham no pueden existir ideas ejemplares, ya que éstas limitarían la voluntad divina, pues Dios hubiera debido atenerse a ellas en el momento de la creación, y no hay nada que pueda limitar su voluntad.
Esta negación de las ideas ejemplares conduce a Ockham a interpretar que Dios, no sirviéndose de modelos previos existentes en su mente, crea directamente a los seres individuales. Esta interpretación es coherente con el principio de economía, ya que entiende que las ideas ejemplares constituyen un añadido innecesario entre Dios y los seres creados. Su negación tendrá importantes consecuencias respecto a su interpretación de lo real y su conocimiento.
AV - Reflexión
Según Ockham, Dios puede hacer todo aquello que es intrínsecamente posible. ¿Piensas que el condicionante de su posibilidad significaría admitir una limitación del poder divino?
Ockham no interpreta que la actuación divina dentro del ámbito de lo posible constituya una limitación de su poder. La esencia divina es su propia voluntad y el mundo de los hechos es la expresión de la misma. Suponer algo imposible, por ejemplo, hacer que lo que ha ocurrido no hubiera ocurrido nunca sería un sinsentido; si los hechos son la expresión de su voluntad un acontecimiento contradictorio sería un hecho contra la misma voluntad divina.
AV - Reflexión
Así, si para Ockham Dios puede hacer todo aquello que quiera su voluntad dentro de la coherencia, reflexiona si cabría, dentro de este planteamiento, la posibilidad de que Dios:
Hubiese dispuesto que los humanos le odiásemos en vez de amarlo.
Se hubiese creado a sí mismo.
Como veremos más adelante, al no existir ideas ejemplares, no existe tampoco una ley eterna que determinen el bien y el mal; estos derivan de la voluntad de Dios y es su único fundamento. Respecto a lo primero, aunque nos resulte difícil de imaginar, Dios podría haberlo establecido así.
Sin embargo, a pesar de su omnipotencia, Dios no se podría haber creado a sí mismo. Aquí encuentra Ockham una dificultad irresoluble: si se creara a sí mismo, siendo otro, él no existiría. Podemos ver su explicación con más detenimiento en el siguiente texto.
Actividad de Lectura
Este texto Guillermo de Ockham habla sobre la omnipotencia divina y nos muestra el esfuerzo del filósofo por casar este principio absoluto con los que exige la lógica. Dios no tiene límites en su gobierno sobre el mundo natural y moral, ningún principio se antepone a su voluntad, sin embargo se debe a la coherencia con lo hecho y, a partir de ello, no cabe la contradicción, llegar al punto de que algo sea y no sea:
Dios es omnipotente. Tanto las leyes de la naturaleza como los preceptos morales están sometidos a su voluntad.
Dios puede hacer todo lo que, al ser hecho, no incluye contradicción.
Adviértase que no se dice que Dios puede hacer todo lo que no incluye
contradicción, pues entonces podría hacerse a sí mismo, pues Él no
incluye contradicción; sino que puede hacer todo lo que, al ser hecho,
no incluye contradicción, esto es, todo aquello de lo cual no se sigue
contradicción ante la proposición: “esto está hecho”.
• De cuyo principio se sigue que puede en el género de la causa
eficiente todo lo que puede la causa segunda; porque si puede hacer
todo lo que, una vez hecho, no incluye contradicción y consta que
ninguna causa segunda puede hacer ninguna de aquellas cosas que
incluyen contradicción, se sigue que Él puede todo lo que puede la
causa segunda.
• Del mismo principio se sigue y queda establecido, que Dios puede,
prescindiendo de sí mismo, producir y conservar todas aquellas cosas de
las cuales una no es parte esencial de la otra, ni ninguna de ellas es
Dios. Pues incluiría contradicción que se produjera a sí mismo y
simultáneamente a otra cosa, puesto que Él mismo no existiría, siendo
así que consta que Él es la causa de ser aquello de cuyo ser se sigue
lo otro y sin lo cual no sería lo otro.
Extraído de su obra Tratado sobre los principios de Teología en Boulesis