3. Recursos de la biosfera
La biosfera es la fuente más importante de recursos utilizada para abastecer a cerca de 7000 millones de humanos. A pesar de este exceso de población, desde mediados del siglo XX la producción de alimentos es suficiente para atender a todos ellos, si bien expertos estiman que para alimentar a la población mundial en el 2050 (Naciones Unidas estima que será de 9000 millones de personas) será necesario producir tanta comida en los próximos 40 años como la que ha sido producida en los pasados ocho mil años.
En la actualidad la distribución de estos recursos es irregular e injusta, y la situación a nivel mundial es absolutamente desigual.
Los calificados como países desarrollados, que sólo concentran el 25% de la población, disponen del 80% de la riqueza y han sido los responsables de un excesivo consumo de recursos naturales, mientras que en los países en vías de desarrollo, un 30% de la población sufre desnutrición, por tener una dieta desequilibrada y deficiente en proteínas.
Desde el año 2008, debido a una espectacular subida de precios de alimentos básicos, organizaciones como las Naciones Unidas incluyen a 30 países en situación de crisis alimentaria, 21 de ellos situados en África. En el mundo existen más de 780 millones de personas que sufren hambre o desnutrición.
El Banco Mundial advierte que 44 millones de personas están viviendo bajo el umbral de la pobreza extrema, es decir que sus ingresos no cubren los gastos básicos de alimentación.
La FAO, organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación se plantea como objetivo prioritario acabar con el hambre en el mundo antes de 2015, buscando controlar la seguridad alimentaria.
Son necesarios muchos cambios en las políticas internacionales para conseguir el acceso universal a los recursos naturales y la soberanía alimentaria, es decir, que los países tengan el derecho a decidir sus políticas de producción, distribución y consumo de sus alimentos, sin que sean impuestos criterios económicos internacionales, de modo que puedan garantizar la nutrición de su población y su herencia cultural y tradiconal.
Otra de las directrices es la aplicación de medidas que permitan un ritmo de crecimiento de la población controlado en los países en vías de desarrollo, a través de la información y planificación familiar, y la educación e incorporación de la mujer a un trabajo digno.
En los siguientes apartados vamos a conocer los modos en que obtenemos los alimentos y otros recursos de la biosfera. La evolución de las técnicas de extracción, aunque ha supuesto una mejora en la producción, no ha servido hasta ahora para acabar con la desnutrición en muchas regiones del planeta, hace falta una redistribución de la riqueza que equilibre esta situación y permita acabar con esta injusticia social.