La totalidad de la biosfera (junto a la geosfera, atmósfera e hidrosfera) además de producirnos recursos económicos directos, constituye en si misma un recurso, que, aunque es más dificil de cuantificar, nos proporciona inestimables beneficios al proporcionarnos bienestar y permitirnos, en los países desarrollados, salir del modo de vida urbano para disfrutar del espacio natural, en cualquier diversidad de paisaje rural o costero no ocupado masivamente por el hombre.

Dentro de un paisaje podemos distinguir distintos de componentes. Si hacemos un paralelismo con los componentes de un ecosistema podríamos distinguir entre:

• Factores abióticos. Incluye el relieve, las rocas, clima, agua o suelo.

• Factores bióticos: Incluye vegetación y fauna. La vegetación es uno de los elementos más destacados al constituir la cubierta del suelo.

• Factores antrópicos: Debido al uso del espacio que hace el hombre y que causa alteraciones de la fisonomía y color del entorno (a través de construcciones, desmontes..)

Según domine uno u otro tipo de factores podemos distinguir distintos tipos de paisajes. Por ejemplo:

 

 

• Paisaje con predominio de elementos abióticos (desiertos).

• Paisajes con predominio de elementos bióticos (selvas o bosques).

• Paisajes con predominio de elementos antrópicos (ciudad).

En España, en las últimas décadas, las visitas y el interés por los parques naturales y los espacios protegidos han experimentado un gran auge, y el turismo rural ha permitido comprobar que económicamente se puede obtener un beneficio del mantenimiento del medio natural y de una explotación sostenible de estos espacios.