2. Los grandes renovadores de la novela: Proust, Joyce, Kafka
|
Joyce en París, 1924. Retrato de Patrick Tuohy. Imagen en Wikimedia Commons de Ori~ bajo dominio público |
En Europa, la renovación de la novela en las primeras décadas del siglo XX tiene como referentes indiscutibles a Marcel Proust, James Joyce y Franz Kafka. Los tres autores transformarán la narrativa en direcciones diferentes, tanto por el tratamiento de los temas como por las técnicas narrativas y el estilo, pero se pueden observar ciertos rasgos comunes:
- La realidad se presenta desde una mirada simbólica, desmitificadora o íntima, de modo que el autor busca trascender lo aparente y objetivo para realizar una reflexión crítica sobre la existencia y la sociedad.
- Los personajes son antihéroes de los que se nos muestra su interior con todo tipo de procedimientos y técnicas. La indagación en la psicología del personaje -sensaciones, emociones, recuerdos...- llega hasta el subconsciente y lo onírico.
- La novela se renueva con técnicas narrativas innovadoras y sorprendentes; monólogo interior, fluir de conciencia, fragmentarismo, superposición temporal, cambios en el punto de vista del narrador...
- El estilo se adapta al tipo de relato, por lo que junto a largas reflexiones se puede encontrar una prosa lírica y evocadora o fría y sin adornos. La audacia en el lenguaje parece no tener límites y los autores pueden transgredir las normas lingüísticas y ortográficas.
|
Penélope. Archivos del Proyecto Gutemberg.
Imagen en Wikimedia Commons bajo dominio público. |
Al leer este fragmento de la novela Ulises, de James Joyce, comprenderás en qué consisten algunos de los rasgos que caracterizan la renovación de la novela en el siglo XX. Se trata del final del monólogo de Molly Bloom, esposa del protagonista, que muestra cierto paralelismo con el mito griego de Penélope, la esposa del héroe homérico Ulises, protagonista de la Odisea. Aunque ambas mujeres se diferencian, entre otras cosas, en que Penélope permanece fiel a su marido y espera que Ulises regrese de la guerra de Troya durante largos años, mientras que Molly traicionará a su marido y tendrá un romance extraconyugal tras los diez años de celibato impuesto por ella misma en su matrimonio.
Lee con atención y
reflexiona:
JAMES JOYCE, Ulises
- Molly muestra a lo largo de la novela cierto paralelismo con Penélope, pero frente a la heroica espera de esta, Molly decide traicionar a su marido. ¿Ante qué tipo de personaje estamos?
- Al leer este fragmento, ¿qué es lo primero que llama la atención respecto al estilo?
- ¿Qué evocaciones provoca en el personaje el encuentro amoroso?
- ¿Cómo se denomina la técnica narrativa empleada en el fragmento? ¿En qué consiste?
El autor irlandés James Joyce (1882-1941) escribió varias obras antes de publicar Ulises, novela fundamental en el proceso de experimentación narrativa del siglo XX: Dublineses, una colección de relatos; y la novela autobiográfica Retrato de un artista adolescente. En Ulises, Joyce narra un día en la vida de Dublín en torno al "viaje" por la ciudad de Leopold Bloom. La Odisea, de Homero, resuena desde el título y se extienden al argumento, los personajes y la estructura de la obra con una intención desmitificadora. Pero lo más destacado son las novedosas técnicas narrativas (constantes cambios de punto de vista narrativo, flujo libre de conciencia, superposición de diálogos...) y la experimentación lingüística (transgresión ortográfica, combinación de los más diversos registros, empleo de neologismos...).
El escritor checo Franz Kafka (1883-1924), que escribía en alemán, se enmarca en el expresionismo, corriente artística que pretendía reflejar lo absurdo, extraño e irracional de la sociedad y del hombre contemporáneo. En obras como El proceso, La metamorfosis, El castillo o en sus múltiples cuentos retrata el enfrentamiento entre el individuo y una sociedad hostil e incomprensible en un universo que se percibe como angustioso y opresivo. Su prosa resulta austera, sin adornos, incluso fría, pero de una gran eficacia. En el Tema 4 de esta Unidad profundizarás en todo ello a partir de la lectura y el análisis de La metamorfosis.
Señala dos rasgos renovadores que observes en cada uno de
los siguientes fragmentos:
Y muy pronto, abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva de otro triste día tan melancólico por venir, me llevé a los labios una cucharada de té en la que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal.
Marcel Proust, En
busca del tiempo perdido
|
Poder evocador de los sentidos.
| |
Monólogo interior.
| |
Experimentación lingüística.
| |
Stephen, hijo, estás empinándola un poco. ¿Más bebestibles de dimonios? ¿Permitirá el esplendiferacísimo pagador de un favorecido de extremísima pobreza y una grandiosa sed de tamaño grande termine una costosamente inaugurada libación? Danos un respiro. Posadero, posadero, ¿tienes buen vino? ¡Sus! ¡Vamos, hombre, venimos a emborracharnos! Corta y vuelve otra vez. ¡Bien Bonifacio! Absenta a todos. Nos omnes viverimus viridum toxicum diabolus capiat posterioria nostria. Hora de cerrar, señores- ¿Eh? Trago de Roma para el tosco Bloom. ¿Le oí decir cebollas? ¿Bloo? ¿Avisos de Cadges? papi de la foto bueno eso es magnífico. Toca despacio, compañero. Escapa. Bon soir la compagnie. James Joyce, Ulises |
Ritmo rápido, entrecortado y caótico.
| |
Experimentación lingüística.
| |
Diálogo tradicional.
| |
La partida
Ordené que trajeran mi caballo del
establo. El sirviente no entendió mis órdenes. Así que fui al establo yo mismo,
le puse silla a mi caballo y lo monté. A la distancia escuché el sonido de una
trompeta y le pregunté al sirviente qué significaba. Él no sabía nada ni escuchó nada. En el portal me detuvo y
preguntó:
-¿Adónde va el patrón? -No lo sé -le dije- simplemente fuera de aquí, simplemente fuera de aquí. Fuera de aquí, nada más, es la única manera en que puedo alcanzar mi meta. -¿Así que usted conoce su meta? -preguntó. -Sí -repliqué- te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi meta. Franz Kafka |
Simbolismo del relato.
| |
Experimentación lingüística.
| |
Estilo austero y sin adornos.
| |
|
El fragmento que has leído de En busca del tiempo perdido, que pertenece concretamente al primer libro de la obra, Por el camino de Swann, es uno de los más célebres de la narrativa proustiana.
Como has comprobado, el narrador degusta una magdalena con el té, pero lo más importante es que ese sencillo acto le produce sensaciones por las que rememora recuerdos de la infancia y, a su vez, estos le conducen hacia profundos planteamientos sobre la existencia humana. A partir de un simple alimento, Proust desarrolla un extenso y complejo monólogo a lo largo de varias páginas.
Por eso, "la magdalena proustiana" se ha convertido en todo un símbolo del poder evocador de los sentidos.
No profundizaremos ahora en la obra de Franz Kafka, ya que la estudiarás con detenimiento en el Tema 4 de esta Unidad. Pero si quieres conocer mejor las obras emblemáticas de Proust y Joyce, puedes consultar en Kalipedia la siguiente información y la síntesis de estas novelas a través de fragmentos relevantes:
- En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust: on line y versión para imprimir.
- Ulises, de James Joyce: on line y versión para imprimir.