2.2 La filosofía. Ideas y creencias

 
 Im. de Revelaciones Divinas en Picasaweb
La filosofía, y el conocimiento en general, tienen su punto de partida en la vida humana, en la propia existencia. El ser humano se encuentra desorientado y necesita saber a qué atenerse. Recurre a la filosofía en la búsqueda de una explicación completa que desvele el ser de la realidad.
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La Metafísica es algo que el hombre hace y ese hacer metafísico consiste en que el hombre busca una orientación radical en su situación. Esto parece implicar que la situación del hombre es una radical desorientación, o lo que es lo mismo, que a la esencia del hombre, a su verdadero ser no pertenece como uno de los atributos constituyentes el estar orientado sino que, al revés, es propio de la esencia humana estar el hombre radicalmente desorientado…

(...) La filosofía no progresa como las ciencias en la dimensión horizontal mediante ensanches sucesivos, progresa hacia abajo, en la dimensión de profundidad y su avance consiste en hacerse cuestión de lo que hasta la fecha no había sido cuestionable.
Como veremos, la idea de orientación es más radical, más honda y previa que la idea de saber y no viceversa. El estar orientado no se aclara verdaderamente por el concepto de saber, la orientación no es un saber, sino al revés, el saber es una orientación.


Unas lecciones de Metafísica.



 
 Imagen de Pink Sherbet en Flickr

Uno de los planteamientos más característicos de José Ortega y Gasset es el de la distición que establece entre ideas y creencias. Para poder orientarse en el mundo y hacerse cargo de la situación, el ser humano necesita saber a qué atenerse, pero la representación que se hace de la realidad parte de dos tipos de pensamiento diferentes: las ideas y las creencias.

Por un lado tenemos las ideas, representaciones de la realidad que ponemos en cuestión y son objeto de reflexión; por otro lado tenemos las creencias, que damos por válidas sin planteárnoslas, y que constituyen la base de nuestra vida: son el fundamento de nuestra representación de la realidad y de nuestra conducta. Con el paso del tiempo, algunas de las ideas dejan de estar sometidas a la crítica racional y acaban convirtiéndose en creencias.