2.1 El problema de España
Para saber más
El problema de España
A finales del siglo XIX surge en el ámbito intelectual un debate en torno al ser de España; un debate vinculado al fin de la época colonial española y el surgimiento de los nacionalismos vasco, catalán y gallego. Este debate es propiciado por el regeneracionismo, representado por Joaquín Costa, quien ve en la integración en Europa la solución para España. La conciencia de crisis y la búsqueda de la regeneración nacional son constantes entre aquellos autores que, como Unamuno dentro de la Generación del 98 y Ortega y Gasset algo después (Generación del 14), hicieron de lo español y su esencia, uno de sus principales objetos de reflexión. Para Unamuno España es una realidad histórica que ha dejado su impronta en la Historia Universal, una realidad ligada históricamente al catolicismo, encarnada de modo ideal en la figura de Don Quijote, y que implica un modo característico y propio de entender el mundo. Frente a la historia visible, Unamuno destaca la intrahistoria, lo que ocurre a la sombra de lo conocido públicamente, y que es lo protagonizado por millones de vidas anónimas a diario. El carácter periférico de su geografía y la distancia frente a una Europa más desarrollada política y culturalmente, dio paso a un debate sobre el horizonte europeo de España y el papel de España en Europa. Lo español es caracterizado por muchos en términos opuestos a lo europeo: visceralidad frente a crítica, genio frente a talento, arte frente a ciencia…, etc. La idea de la europeización de España, sinónimo de su modernización, es interpretada por cautela por Unamuno, quien ve el peligro de una disolución de lo español en la plena asunción de lo europeo y quien, en defensa de lo propio, reclama una interacción en la que se acentúa la exigencia de españolizar a Europa. Por su parte, Ortega y Gasset encuentra en el contexto europeo la solución a los problemas nacionales. Su visión de Europa se halla ligada a los conceptos de civilización y cosmopolitismo; frente al engreimiento nacional defiende la integración intelectual y científica en un continente cuyo ejemplo de desarrollo lo representa Alemania. Dicha integración no significa la supremacía de lo extranjero, sino la integración en un continente en el cual España habría de ser, igualmente, un miembro influyente que exportaría a Europa su cultura.
A finales del siglo XIX surge en el ámbito intelectual un debate en torno al ser de España; un debate vinculado al fin de la época colonial española y el surgimiento de los nacionalismos vasco, catalán y gallego. Este debate es propiciado por el regeneracionismo, representado por Joaquín Costa, quien ve en la integración en Europa la solución para España. La conciencia de crisis y la búsqueda de la regeneración nacional son constantes entre aquellos autores que, como Unamuno dentro de la Generación del 98 y Ortega y Gasset algo después (Generación del 14), hicieron de lo español y su esencia, uno de sus principales objetos de reflexión. Para Unamuno España es una realidad histórica que ha dejado su impronta en la Historia Universal, una realidad ligada históricamente al catolicismo, encarnada de modo ideal en la figura de Don Quijote, y que implica un modo característico y propio de entender el mundo. Frente a la historia visible, Unamuno destaca la intrahistoria, lo que ocurre a la sombra de lo conocido públicamente, y que es lo protagonizado por millones de vidas anónimas a diario. El carácter periférico de su geografía y la distancia frente a una Europa más desarrollada política y culturalmente, dio paso a un debate sobre el horizonte europeo de España y el papel de España en Europa. Lo español es caracterizado por muchos en términos opuestos a lo europeo: visceralidad frente a crítica, genio frente a talento, arte frente a ciencia…, etc. La idea de la europeización de España, sinónimo de su modernización, es interpretada por cautela por Unamuno, quien ve el peligro de una disolución de lo español en la plena asunción de lo europeo y quien, en defensa de lo propio, reclama una interacción en la que se acentúa la exigencia de españolizar a Europa. Por su parte, Ortega y Gasset encuentra en el contexto europeo la solución a los problemas nacionales. Su visión de Europa se halla ligada a los conceptos de civilización y cosmopolitismo; frente al engreimiento nacional defiende la integración intelectual y científica en un continente cuyo ejemplo de desarrollo lo representa Alemania. Dicha integración no significa la supremacía de lo extranjero, sino la integración en un continente en el cual España habría de ser, igualmente, un miembro influyente que exportaría a Europa su cultura.
Curiosidad
El cantante y compositor Joan Manuel Serrat interpreta en este vídeo dos canciones con letra del poeta Antonio Machado en un concierto celebrado en Santiago de Chile en 1969: Del pasado efímero y Españolito. En los textos se refleja el tema de España, una preocupación común a los autores de la Generación del 98, como Machado o Unamuno. Frente la imagen del hombre de casino trasnochado y vacío que representa a la España de la Restauración, en el primer poema, se yergue en el segundo la figura del nuevo español preconizado por el Regeneracionismo.
Para saber más
En el siguiente reportaje elaborado por Canal Encuentro, el portal educativo y cultural del Ministerio de Educación argentino, encontrarás una detallada información sobre el trascurso de la vida y la obra del filósofo José Ortega y Gasset, una reflexión sobre su posicionamiento político, así como una introducción a su pensamiento de la mano del escritor Fernando Savater.
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