3. San Agustín de Hipona

Seguro que puedes recordar diferentes momentos en los que has estado firmemente convencido de algo, aunque no supieras explicar muy bien por qué: que saldrías de una mala racha, que cierta persona se pondría en contacto contigo, etc. Tener fe significa estar en la firme convicción de que algo es verdad. Quien tiene fe religiosa posee un conjunto de creencias sobre la existencia y sobre un orden sobrenatural. En este sentido puede afirmarse que San Agustín era un hombre de fe. En un momento de su vida se adhirió al cristianismo y defendió la verdad de su doctrina. Al igual que en muchas ocasiones buscamos el fundamento racional de nuestras convicciones, Agustín de Hipona se esforzó por explicar qué sentido tenían sus creencias religiosas, y creyó sentir la experiencia de estar ante un círculo perfecto en el que sus creencias y razonamientos se reforzaban cada vez más recíprocamente.
Pero San Agustín no mantuvo tales convicciones desde el principio, y aunque al llegar el momento tomó una determinación firme y se entregó por completo a profundizar en la doctrina cristiana y defenderla, es cierto que su vida fue la de un filósofo que nunca dejó de hacerse preguntas: ¿Cuál es el origen del mal?, ¿de dónde proceden nuestros conocimientos?, ¿qué nos conduce a hacer el bien?, ¿qué realidad tiene el tiempo?...
San Agustín de Hipona
Imagen de Wikimedia Commons
San Agustín y Santa Mónica
San Agustín y Santa Mónica
Archivo de Wikimedia Commons

A pesar de las diferencias entre los planteamientos de la filosofía griega y las nuevas creencias defendidas en el cristianismo, muchos pensadores cristianos se sirvieron del discurso filosófico para adaptarlo a la religión. Es el caso de San Agustín, quien encontró en el estoicismo y el platonismo elementos que formarían parte de su visión filosófica. Así  respecto a Platón, su división de la realidad en dos mundos, el papel del Demiurgo en la constitución del Cosmos, la visión dualista del ser humano como cuerpo y alma, junto con la creencia en la inmortalidad de esta última y la decisión de su destino tras un juicio final, sirvieron a San Agustín como punto de encuentro para elaborar, a partir de ahí, un planteamiento filosófico cristiano fuertemente platonizado.

San Agustín desarrolló una inmensa obra filosófica y religiosa a favor del cristianismo y en contra de las diversas herejías a las que éste se enfrentaba en su momento. Su obra, que tuvo una gran repercusión en el mundo cristiano, cuenta con obras maestras como Confesiones o La ciudad de Dios.

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San Agustín nació en el 354 en Tagaste, una pequeña ciudad bajo administración romana situada actualmente en Argelia; perteneció a una familia rural con una situación económica lo suficientemente desahogada como para permitirse su educación. Al nacer su padre era pagano, pero Mónica, su madre, poseía una firme convicción cristiana e intentó transmitirle ésta sin éxito a su hijo durante su juventud. Este periodo de su vida y su conversión al Cristianismo es narrada por el mismo Agustín de Hipona en su obra Confesiones: estudió filosofía y retórica en Cartago y durante este periodo vivió con apego a los placeres terrenales, convivió con una mujer al margen del matrimonio y como resultado de esa unión nació su hijo Adeodato en 372. La lectura de Cicerón le llevó a adherirse inicialmente al maniqueísmo y más tarde al escepticismo. En Milán los sermones de San Ambrosio le acercan al cristianismo en un periodo de su vida en el que descubre la obra del neoplatonismo y se decide por la vida ascética; se convierte al cristianismo y se bautiza, transformándose y encomendándose desde ese momento a la proclamación y defensa de su religión, lo que le ocupará hasta el final de su vida en Hipona, ciudad en la que encuentra la muerte en el 430, tras la descomposición del Imperio romano y cuando ésta ciudad se encontraba sitiada por los vándalos.
En el mapa de abajo aparecen marcadas algunas de las ciudades más relevantes en su vida. Pica sobre ellas para ampliar la información.
En el siguiente vídeo tienes una recreación de la juventud de Agustín de Hipona: su infancia en Tagaste, su marcha a la ciudad de Cartago y la experiencia de sus primeras inquietudes vitales e intelectuales hasta vincularse al maniqueísmo:

Vídeo en Youtube de RBNPC

 

Si te interesó el vídeo y quieres continuar con la historia, te ofrecemos un enlace al resto de los fragmentos de esta película basada en el relato que el mismo San Agustín hace de su vida en la obra Confesiones: