4. Vacunas y medicamentos
De todas estas enfermedades, algunas tienen cura y otras no, algunas se pueden tratar si son detectadas a tiempo, y otras, quizás, no aparecerían nunca si nuestro estilo de vida fuera el adecuado.
Para que algunas enfermedades se curen sólo hay que dejar trabajar a nuestro organismo, él se encarga de eliminar todo aquello que las produce. Otras veces necesita que le ayudemos de forma artificial. Vamos a ver los diferentes mecanismos para eliminar la enfermedad.
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Imagen 41. Elaboración propia. |
Imagen 42. Elaboración propia. |
El ser humano es inmune frente a determinadas enfermedades, sobre todo las de origen microbiano. Esta inmunidad puede ser natural, presentamos una resistencia genética a determinados microorganismos, o adquirida, bien sea de forma natural o de forma artificial.
Las primeras barreras son inespecíficas y están formadas por la piel y las mucosas. La piel impide el paso de microorganismos salvo que exista una herida en ella. La lágrima en el ojo hace que no se desarrollen bacterias; las células de la nariz producen mucosidad impidiendo que entren partículas sólidas; y en el estómago y en la vagina los microorganismos no se desarrollan debido al alto grado de acidez que existe en ellos.
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Imagen 43. Autor: Proyecto Biosfera (MEC). |
Las segundas barreras inespecíficas son las células macrófagas, cuya función principal es la de fagocitar, eliminar, todos los cuerpos extraños que entran en el organismo, como bacterias y sustancias de desecho de los tejidos. Estas células son glóbulos blancos, sobre todo monocitos y neutrófilos, que son transportadas por la sangre y la linfa. Producen enzimas que envuelven al agente patógeno hasta eliminarlo.
Pero nuestro cuerpo, además, tiene unas defensas específicas, son las terceras barreras formadas por glóbulos blancos, linfocitos T y linfocitos B. Cuando una sustancia extraña aparece produciendo toxinas, los linfocitos responden produciendo una proteína llamada inmunoglobulina o anticuerpo.
Cada cuerpo extraño tiene ciertas moléculas que sólo él posee, son los antígenos. El organismo, una vez que detecta al antígeno, fabrica anticuerpos, los cuales mediante diversos mecanismos destruyen las células portadoras del antígeno. Cada antígeno tiene su anticuerpo.
- Los linfocitos B detectan el antígeno y elaboran anticuerpos específicos para ese antígeno.
- Los linfocitos T actúan directamente sobre el agente patógeno destruyéndolo.
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Imagen 44. Autor: Proyecto Biosfera (MEC).
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Además, los linfocitos tienen memoria. Es decir, cuando una persona está en contacto con un antígeno, adquiere memoria inmunológica, lo que hace que al encontrarse de nuevo con él su organismo fabrique rápidamente anticuerpos impidiendo que la enfermedad se desarrolle.
Cuando decimos que una persona es inmunodeficiente significa que su capacidad de producir anticuerpos es reducida.
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Imagen 45. Elaboración propia. |
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Imagen 46. Autor: Ibl. Dominio público
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Vacunas
Son preparados que contienen los antígenos de un determinado microbio o el propio microbio muerto. Al inyectar este preparado a una persona se consigue que el organismo produzca anticuerpos generando una memoria inmunológica, algunas veces permanente. Cuando la persona esté de nuevo en contacto con el patógeno la respuesta inmunológica es tan rápida que la enfermedad no llega a desarrollarse.
Al proceso de vacunarse se le llama vacunación. Existen vacunas contra muchas enfermedades: sarampión, difteria, tétanos, tosferina. Alguna de ellas, como la viruela, ha desaparecido.
Sueros
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Imagen 47. Autor: Wykis. Dominio público |
Son inmunoglobulinas (anticuerpos) que se inyectan al paciente y que han sido fabricados por otro organismo que anteriormente había estado expuesto al agente patógeno. Esto se realiza sólo cuando el paciente infectado necesita con urgencia un determinado anticuerpo.
A este procedimiento se le llama sueroterapia y esta inmunidad suele durar muy poco.
Antibióticos
Se usan para destruir bacterias o impedir que estas crezcan. No afectan a los virus, ni a las células de nuestro cuerpo, de ahí que tengan tanto éxito.
El primer antibiótico, la penicilina, fue descubierto por Fleming en 1929. Estos primeros antibióticos eran sintetizados por organismos vivos, hongos y bacterias. Actualmente los antibióticos se sintetizan en los laboratorios donde se persigue que sean más efectivos frente a las bacterias resistentes.
Las bacterias se reproducen muy deprisa y tienen facilidad para mutar, cambiar. Si por azar la bacteria que ha mutado vive en presencia de un antibiótico, significa que las bacterias sensibles al antibiótico mueren y queda la cepa resistente.
La resistencia de las bacterias aumenta al utilizarse antibióticos de forma innecesaria, como por ejemplo en el tratamiento de infecciones víricas como resfriados o gripes. También aumenta al utilizarse antibióticos de amplio espectro cuando no están indicados, cuando las dosis son insuficientes o cuando se suspende el tratamiento antes de tiempo.
Los antibióticos y otros fármacos siempre han de tomarse por prescripción del médico.
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Imagen 48. Autor: CDC. Dominio público |
El virus de la gripe no es único, existen tres tipos, el A, B y C, siendo los dos primeros los más importantes. El virus A se divide en subtipos, basándose en dos proteínas que se encuentran en su superficie, la N y la H.
La cepa H1N1 es un subtipo de la gripe A que, a su vez, ha mutado en diversos subtipos:
- La gripe española (ya extinguida).
- La gripe aviar.
- La gripe porcina.
- La gripe bovina.
La gripe porcina actual es una variante de la cepa H1N1 que ha saltado de los cerdos a los humanos.
Como puedes ver, el virus de la gripe sufre continuos cambios. La Red Mundial de Vigilancia de la Gripe vigila los virus gripales que circulan entre el ser humano. La OMS recomienda, de forma anual, una vacuna dirigida a las tres cepas más representativas que estén en ese momento circulando.
Si quieres saber cómo funciona el virus de la gripe y qué tipos hay, puedes entrar en esta página, donde encontrarás información adicional.
También se consideran defensas las técnicas médico-quirúrgicas, entre ellas están la cirugía y los trasplantes. Estos últimos son métodos de implantación de un órgano o tejido que puede ser del mismo paciente o de otro.
El problema principal de los trasplantes es el rechazo. El organismo siente como extraño el órgano o el tejido trasplantado y su sistema inmunológico responde destruyéndolo. Para evitar esto se hacen estudios de compatibilidad y se utilizan fármacos inmunodepresores que disminuyen o anulan la respuesta inmunológica del organismo.
Si quieres saber cómo se realiza un trasplante de cara puedes entrar en la siguiente página.