3. La alienación


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El concepto alienación, que también podemos nombrar como enajenación, había sido anteriormente utilizado por Hegel para describir el acto mediante el cual el sujeto se anula o niega a sí mismo por la actividad que realiza, que lo hace escindirse de sí mismo y convertirse en otra cosa distinta; el sujeto pierde algo de sí mismo, se enajena. Hegel utiliza el término para referirse con ello al proceso por el cual la Idea o el Espíritu se niega a si mismo exteriorizándose en la Naturaleza, una expresión muchas veces interpretada como la manifestación filosófica de la idea de la creación divina desde la nada. Feuerbach llevó a cabo una interpretación del concepto de alienación ligado al fenómeno religioso. La alienación religiosa es el procedimiento por el cual el ser humano niega sus propios atributos cediéndoselos, de forma idealizada, a un sujeto imaginario divino frente al que el hombre queda postrado. Marx encuentra un indudable valor en el concepto, sin embargo lo empleará de un modo bien diferente, refiriendo la alienación a la condición humana y ligándola a la actividad económica.
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Es el carácter activo y transformador lo que define la condición humana, mediante el trabajo el ser humano se realiza en su condición, transforma la naturaleza y con ello las condiciones de su propia existencia, a la vez que, en su dimensión social, el trabajo determina las relaciones que el ser humano establece con los demás y establece las condiciones del progreso histórico.

 
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Frente a una concepción abstracta o racional del ser humano que considera a éste como alma o autoconciencia, para Marx, lo que caracteriza la realidad humana es su condición transformadora o práctico-productiva. Marx define al ser humano como homo faber, el ser que con su trabajo transforma la Naturaleza. Es la producción lo que caracteriza al ser humano y esta actividad se objetiva en el producto resultante de ella, así el ser humano se aliena, se pone fuera de sí, en este producto resultante de su trabajo.

No solo entra en relación con la Naturaleza mediante su actividad, también con los demás seres humanos; el hombre es un ser social y político que no puede concebirse aislado, sino que lleva a cabo su actividad y se realiza como tal en relación con los demás. El ser humano es comprendido como especie que se realiza en el trabajo, como ser genérico.
El ser humano es un ser histórico; mediante su actividad desarrolla su ser en la historia, un proceso real práctico marcado por el progreso de su capacidad productiva.

Partiendo de esta concepción del ser humano como ser transformador y la relación establecida por él en su actividad con la Naturaleza y los otros seres, Marx desarrollará su concepto de alienación económica en el contexto de su análisis sobre las condiciones materiales de existencia en el modelo económico capitalista.