3.1 La alienación económica
Imagen de postaletrice en Flickr |
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¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo?
Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no
pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que
se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía
física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por
eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera
de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo.
Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por
eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para
satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia
claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o
de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo
externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de
autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra
la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le
pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a si mismo, sino a otro.
Así como en la religión la actividad propia de la fantasía humana, de la mente
y del corazón humano, actúa sobre el individuo independientemente de él, es
decir, como una actividad extraña, divina o diabólica, así también la actividad
del trabajador no es su propia actividad. Pertenece a otro, es la pérdida de sí
mismo.
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Por teoti nahualli en Vimeo |