2. Razón y Método.

A Descartes le interesa un camino seguro hacia la verdad. Por su formación en La Flèche conoce las obras clásicas de Aristóteles, pero el método aristotélico no puede servirle en su empeño. La lógica aristotélica, la silogística, no es un método para descubrir nuevas verdades, sino para demostrar lo que ya sabemos. No es un método de descubrimiento, que es lo que busca Descartes, un método nuevo.
En el Prefacio del Discurso del Método el autor especifica "para bien dirigir la razón y buscar la verdad en las ciencias". El método será pues un conjunto de reglas, ciertas y fáciles, tales que todo aquel que las observe exactamente no tomará nunca algo falso por verdadero y, sin ningún esfuerzo inútil, seguirá siempre aumentando gradualmente su conocimiento.

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Lo que buscamos es pues "establecer algo firme y durable" tanto en las ciencias como en la filosofía, especialmente, ya que la filosofía no ha progresado por el camino seguro de la ciencia. Recordemos que el sistema aristotélico ha caído gracias a la obra de autores como Copérnico, Kepler o Galileo (perseguido éste último por el Tribunal del Santo Oficio). Pero no hay todavía un nuevo sistema que lo sustituya en el orden del pensamiento. Y esto es precisamente lo que busca nuestro autor: un nuevo orden para el propio pensamiento; un orden inalterable, duradero, que perdure a lo largo de los siglos venideros sin posibilidad alguna de volver a caer en el error. Los cimientos de la nueva filosofía deben ser unos pilares sólidos, inmutables, como la verdad misma.
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Recuerda  que en el tema anterior vimos cómo Galileo tuvo que retractarse de sus teorías científicas ante el Tribunal del Santo Oficio. Descartes es coetáneo de Galileo, por lo que hay que tener en cuenta el papel predominante de la Iglesia todavía en el mundo del pensamiento.