2.1 Las Reglas del Método.
La exposición del método requiere previamente aclarar las operaciones mentales que vamos a utilizar en los diversos pasos del método: la intuición y la deducción:
►La deducción se describe como toda inferencia necesaria a partir de hechos que son conocidos con certeza. Entre unas naturalezas simples y otras aparecen conexiones que la inteligencia descubre y recorre por medio de la deducción; sería, en definitiva, el paso lógico de unas a otras.
El método consiste en una serie de reglas para emplear correctamente estas dos operaciones fundamentales de la razón.
|
René Descartes en el Museo del Louvre |
La exposición de tales reglas la podemos hallar en dos escritos: las Reglas para la dirección del espíritu y el Discurso del Método. Por haber redactado el Discurso después de las Reglas, el autor puede ofrecernos en él una sintesis del método en cuatro concisas reglas:
- REGLA I: No aceptar como verdadera cosa alguna si no sabemos con certeza o evidencia que lo es.
La evidencia se define, a su vez, por dos caracteres esenciales, a saber, claridad y distinción. Con esta regla, lo que pretende Descartes es dotarnos de un principio o criterio de certeza que nos lleve necesariamente a la verdad.
Descartes llama claro a aquello que está presente y manifiesto a todo espíritu atento, y llama distinto a aquello que es tan preciso y diferente de todos los demás objetos que no contiene en sí mismo nada que no esté claro. Así, una idea o proposición clara y distinta es evidente, y, por lo tanto, puede darse por verdadera con total seguridad.
- REGLA II: Dividir cada una de las dificultades que examinare en tantas partes como fuese posible y cuantas requiriese su mejor solución.
- REGLA III: Ascender por deducción de los elementos simples al conocimiento de lo complejo.
Es la síntesis o composición que, partiendo de la captación intuitiva de las naturalezas simples, llega al conocimiento de todas las cosas cognoscibles, infiriendo una cosa de otra en un proceso deductivo, ordenado y gradual.
- REGLA IV: Examinar con todo cuidado la cadena deductiva para estar seguros de que no se ha omitido nada ni se ha cometido error alguno.
Es lo que Descartes denomina enumeración o comprobación.