2. Estudio de mercado
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Imagen 2. Fuente: Elaboración propia. |
Podemos hablar de distintos tipos de riesgos: económico, financiero, de mercado, laboral, legal...Todos los riesgos señalados aumentan en el caso de poner una idea en marcha, pues todo el trabajo se encuentra por hacer, y los comienzos no suelen ser fáciles. Es por eso que si bien son muchos los que piensan montar un negocio, no son tantos los que finalmente se lanzan a la aventura, y, desde luego, menos los que consiguen sobrevivir y perdurar el tiempo suficiente en el mercado. Entre el 60 y 80% de las empresas que se establecen en nuestro país fracasan en sus 5 primeros años de existencia. No todas son fracasos, realmente algunos son voluntarios otros venden a una empresa más grande. Sin embargo, la mayoría de las empresas no fracasan por dificultades de mercados ni por falta de recursos, sino por no saber valorar previamente la viabilidad de la idea, para que esto no ocurra hay que plantearse:
- ¿Tenemos las capacidades personales necesarias? Conocimientos, experiencia profesional, formación...
- Una vez resuelto el problema anterior debemos realizar
un estudio sobre el atractivo del producto y del mercado:
- ¿Existe un nicho de mercado? Es decir no existe una oferta similar o sustituta.
- ¿Existe un hueco de mercado? Ya existe oferta pero es insuficiente.
- ¿Qué volumen potencial tiene el mercado? Es básico saber cuántas empresas o particulares tienen necesidad del producto o servicio que ofertamos, y en función de ello qué volumen de ventas podríamos lograr.
- ¿Cómo reaccionarán nuestros competidores?
- ¿Es un mercado que crece o decrece?
- ¿Cuánto estarían dispuestos a pagar por el producto o servicio los clientes?
Las fuentes permanentes para generar ideas puede ser: los propios hobbies,
aficiones, productos o servicios que no existen, nueva aplicación de un
producto o servicio, solución a problemas cotidianos, cambios sociales y nuevas
necesidades, cambios en la composición de la población, la observación, mejora
en un puesto de trabajo...
Las áreas que mayores crecimientos han experimentado a finales del siglo XX pertenecen al sector servicios. La revista Entrepreneur pronosticaba que los 17 mejores negocios pequeños entre 1995 y final de siglo serían: formación informática, servicios de traducción, academias de idiomas y formación, comidas precocinadas, alquiler de trajes de fiesta, mantenimiento de equipos informáticos, cuidado de enfermos a domicilio, cafeterías con servicios complementarios, restaurantes de pasta, auditorías, mensajería, servicios relacionados con el medio ambiente, escuelas de tiempo libre... Son los llamados yacimientos de empleo.
El profundo cambio social y económico que se está operando hoy en nuestra sociedad ha dejado patente que la creación de empresas aparece como uno de los principales motores de la generación de empleo.
- El espíritu emprendedor está estrechamente ligado a la iniciativa y a la acción.
- Las personas con espíritu emprendedor poseen la capacidad de innovar, tienen voluntad de probar cosas nuevas o hacerlas de manera diferente, supone también reaccionar con mayor apertura y flexibilidad.
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Educar
el espíritu emprendedor exige formar al alumnado en la responsabilidad, el
esfuerzo, la dedicación, la perseverancia y el espíritu de trabajo.
Valores del
emprendedor:
A
menudo se oye que emprendedor se nace pero no se hace. La realidad dice que algo es innato pero
también es instrucción y aprendizaje, son cualidades que se aprenden a lo largo
de toda la vida.
Valores
personales:
- Creatividad: facilidad para imaginar ideas y proyecto nuevos, visión nueva de las cosas, "el alma". Proponer soluciones nuevas, saber analizar e investigar.
- Autonomía: funcionar sin necesidad de una supervisión inmediata. Elegir. Tomar iniciativas y decisiones.
- Confianza en uno/a misma/o: percibirse de forma positiva, apostar por las propias aptitudes y capacidades. Confiar en los propios recursos y posibilidades.
- Perseverancia y tenacidad: dar prueba de constancia en aquello que se emprende.
- Sentido de la responsabilidad: tendencia a cumplir los acuerdos contraídos con uno mismo y con el grupo.
- Capacidad para asumir riesgos: predisposición a actuar con decisión ante situaciones que requieren cierto arrojo por la dificultad que entrañan. El riesgo es algo que va unido a la actividad empresarial, no es algo negativo sino que supone un reto.
- Serenidad.
- Adaptación al cambio: no es válida la filosofía de "esperar y ver".
Valores sociales:
- Liderazgo: implicar a los demás en la realización de proyectos.
- Espíritu de equipo: capacidad para trabajar en estrecha colaboración con otros, compartiendo objetivos y métodos de actuación.
- Solidaridad: aceptar y sentirse parte de la elección del grupo u organización, implicarse.
La creatividad, la innovación y la resolución de problemas implica:
Imagen 3. Fuente: Elaboración propia. |
La situación externa si recuerdas se engloba en lo que denominábamos entorno general, es decir, las variables económicas, políticas, tecnológicas, sociales, medioambientales... del país o comunidad donde se va a situar la empresa, para conocer los condicionantes generales que van a afectar a la marcha de nuestro negocio. Del entorno vamos a tener amenazas que hemos de minimizar y oportunidades que tenemos que aprovechar.
Respecto al entorno específico o sector en el que vamos a realizar nuestra actividad, deberemos analizar principalmente los competidores, los posibles clientes y los proveedores que van a suministrar los materiales necesarios. Este análisis es determinante para realizar unas previsiones posteriores coherentes y realistas. Cuanto mayor sea nuestro conocimiento del mercado en el que se enmarca nuestro negocio, más reduciremos la incertidumbre, aunque hay que asumir que es imposible el conocimiento de todas las variables. Especialmente analizaremos: sector en el que se enmarca la actividad, mercado objetivo, proveedores, clientes, competencia, administración...
Es importante que sepas que una empresa enfocada al cliente es aquella que:
- Detecta una necesidad en el mercado.
- Busca un objetivo público (hueco de mercado).
- Desarrolla un producto atractivo
- Define claramente su estrategia competitiva e imagen que le va a distinguir de sus clientes, ¿por qué van a comprar mi producto? ¿Qué aspectos diferentes aporta? Ahí está la clave.