Políticas energéticas

Tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE) como la Unión Europea se plantean como objetivos a medio plazo la sustitución de la energía nuclear y los combustibles fósiles por energías renovables.

La UE ha aprobado que en 2020 el 20% de la energía total consumida sea renovable; en el caso de la producción eléctrica, a partir de parques eólicos, presas hidraulicas, parques fotovoltaicos e instalaciones termosolares principalmente.

La AIE indica que para 2030 se debe mejorar en un 60% la eficiencia en el uso final de la energía y consumir un 20% de energías renovables, manteniendo en un 10% la energía nuclear.

En España actualmente el 33% de la producción eléctrica es de origen renovable, pero solo es el 13% de la energía total (en transporte o calefacción son más difíciles de usar). Se invierte en infraestructuras para aprovechar el potencial eólico y solar de nuestro país.

En los países más concienciados, se toman medidas como:

- Sustitución del alumbrado urbano por dispositivos de bajo consumo.
- Fomento del transporte público, y compartir vehículos, restringiendo el uso individual del automóvil.
- En los edificios públicos, instalación y uso de energías renovables.
- Campañas de educación ambiental y concienciación sobre el correcto uso de la energía.

Se empiezan a diseñar y construir edificios ecológicos o autosustentables, como rascacielos con sus propios sistemas de generación de energía eólica y/o solar, y plantas de producción de biogás con los residuos.

En la arquitectura sostenible, se planifican diseños que permitan mejorar el uso de la energía, como dejar espacios para mejorar la ventilación, o usar fachadas cristalizadas con doble cámara de aire aislante, y con la orientación más adecuada para aprovechar la luz solar.

Además de las políticas energéticas institucionales, los ciudadanos debemos actuar revisando nuestros hábitos de consumo y derroche de energía, algunas de éstas medidas básicas son:

- Usar electrodomésticos de clase A, con mayor eficiencia energética.
- Apagar completamente los dispositivos eléctricos que no se estén usando.
- Cargar completamente lavadora y lavavajillas.
- Sustituir las bombillas tradicionales por otras de bajo consumo.
- Verificar las puertas y ventanas para evitar fugas de calor.
- Regular los climatizadores adecuadamente.

También, al conducir, podemos hacer un consumo más eficiente evitando sobrecargar el coche, usando marchas largas, manteniendo una velocidad constante.