2. Más por menos es...

A partir del día 15 de cada mes todos tenemos terror a que nuestra cuenta corriente en el banco se sitúe en números rojos, en realidad a lo que tenemos medio es a estar en números negativos. También tememos un invierno de temperaturas por debajo de cero, negativas. Cuando vamos a aparcar en unos grandes almacenes, nos horroriza tener que hacerlo en las últimas plantas, en la -3 ó -4, más cerca del infierno que de cualquier otro lugar.

En todos estos casos es necesario utilizar los números negativos. La historia de estos números ha estado marcada por un cierto halo de maldición. Casi ninguna civilización los consideraba como soluciones válidas de las ecuaciones que planteaban, y los descartaban como si fueran resultados falsos y engañosos. Hasta pocos años antes de que Colón llegara a América no se introdujo su uso en Europa occidental. El primero que lo hizo fue el matemático francés Nicolas Chuquet en 1484.

En la actualidad estamos muy habituados a ellos. Observa en el vídeo siguiente, cómo cambian las cifras en la pantalla del marcador que indica el tiempo que falta para el lanzamiento. Pasan de negativo antes del despegue, a positivo cuando la nave ya está en el aire.

 

En el vídeo anterior, el comentarista no llega a decir: ¡CERO! Y es que este número también tiene un pasado algo misterioso. Algunas civilizaciones antiguas no sabían cómo enfrentarse a él, de tal manera que no fueron capaces de asignarle un símbolo. Dejaban un hueco para indicar que estaba, pero esto traía aún más problemas. En la India, hasta el año 876 d. C. no aparece escrito por primera vez el 0, dos siglos después que las nueve cifras restantes. En occidente hay que esperar hasta el año 1202 para que Fibonacci lo incluya junto con las otras nueve cifras en su obra "Liber abaci".

En este apartado estudiaremos los números enteros, que están formados por los naturales, los negativos y el cero. Y para empezar con una sonrisa, veamos un vídeo de Gumaespuma en el que a partir del segundo 50 se dedica una canción a los numéros negativos, ay, perdón, a los números rojos.