1.3. Respiración branquial

Imágenes bajo licencia Creative Commons y de dominio público. Pez, autor:Hartley, William W. ;
Branquias, autor:Erik Charton; Tiburón, autor:Jared Kelly; Sifones, Banco imágenes IFSTIC

En la respiración branquial la superficie respiratoria está representan por múltiples láminas en contacto con el agua y muy vascularizadas: las branquias.

La razón de que las branquias contengan tantas "laminillas" es que el oxígeno en agua es menos soluble que en el aire (hay menor cantidad en agua). Por tanto, la superficie respiratoria debe aumentar para conseguir la concentración de oxígeno suficiente.

La localización de las branquias y la forma de renovación del agua es muy diversa en los distintos organismos.

En los peces óseos las branquias se disponen en una cámara (cámara branquial) cubierta por una placa denominado opérculo. El agua circula desde la boca a las hendiduras branquiales, presionada por la lengua y creando una corriente que favorece el intercambio gaseoso entre la branquia y el agua.

En los peces cartilaginosos (tiburón), el agua entra por las hendiduras branquiales, que son unas aperturas que aparecen detrás de los ojos.

En los moluscos bivalvos están protegidas dentro de la cavidad del manto y bombean el agua a través de unos sifones para obtener el oxígeno.

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Imagen bajo licencia Creative Commons, fuente: Flickr
 
Según su situación en el animal se distinguen dos tipos de branquias: externas e internas. Las primeras son expansiones externas de la superficie corporal mientras que las segundas se alojan en el interior del animal.
 
Una y otra tienen ventajas y desventajas, aunque la evolución ha primado la interiorización de las mismas. Las externas tienen más facilidad para el intercambio y renovación del medio, sin embargo, entorpecen los movimientos del animal, y los hacen más "visibles" a los depredadores.