2.3.1. Carbón

El carbón da nombre al Carbonífero, periodo geológico en el que se formaron los yacimientos de carbón más importantes del mundo.

El carbón mineral se formó por la transformación de restos vegetales acumulados en medios inundados (lagunas, zonas pantanosas y deltas), por parte de bacterias anaerobias. Estas bacterias descomponen la materia orgánica, fundamentalmente celulosa y lignina, en carbono (carbonización) y otros productos como el CO2 y el CH4, gas que se almacena en las fisuras o intersticios de las rocas y que forman bolsas muy peligrosas en las explotaciones de carbón.

Para que este proceso se produzca es necesario un rápido enterramiento de los sedimentos que eviten la putrefacción de los restos vegetales.

Los carbones minerales se clasifican en función de antigüedad, contenido en carbón y poder calorífico en cuatro grupos:

 


- Turba: Es un carbón esponjoso, pobre en carbono (50%). Se forma en las zonas pantanosas o muy húmedas. Aunque es bajo en calorías, debido a su fácil extracción se ha explotado desde la antigüedad (4000 Kcal/kg).

- Lignito: se forma por compresión de la turba. Contiene alrededor de un 70% de carbono. Su poder calorífico es mayor (5000 Kcal/kg).

- Hulla: ha sufrido una mayor transformación, y tiene menor contenido en agua. Posee un 80% de carbono. Su poder calorífico es de 7000 Kcal/kg.

- Antracita: es duro y seco. Es el más antiguo y, por tanto, el que mayor cantidad de carbono contiene (95%) y un gran poder calorífico (8000 Kcal/kg).

El carbón se utiliza principalmente en siderurgias y para producción de electricidad.

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El azabache es una variedad de lignito muy compacta de color negro brillante, suave al tacto y ligero. A pesar de ser bastante duro, es un material muy frágil.

A pesar de su fragilidad, se utiliza en joyería para hacer piezas como colgantes, camafeos, collares, anillos, que presentan trabajo de tallado. También se utiliza como piedra tallada y pulida engarzada en materiales como maderas nobles, o junto a piedras preciosas o semipreciosas y metales preciosos ya que no pierde su brillo intenso con el paso del tiempo.

Otra curiosidad está en la creencia mística de su poder protector contra todo mal, siendo considerado como talismán del Camino de Santiago y protector del Peregrino.

Imagen de Jordi Masagué bajo licencia Creative Commons. Imagen de Unico Universo bajo licencia Creative Commons