Una lavadora es un electrodoméstico que suele tener una larga vida útil, por lo que a la hora de elegir un modelo se debe analizar minuciosamente que máquina nos resulta más idónea.

Antes de comprar una lavadora se deben tener en cuenta una serie de factores: La capacidad de carga, la velocidad de giro con que lava la ropa (rpm), el consumo de agua y de energía eléctrica, el coste de la lavadora. De una buena elección dependerá un importante ahorro de dinero, de energía y de agua.

La capacidad de carga es el máximo de kilogramos de ropa que es capaz de lavar; a una mayor capacidad de carga corresponde un precio mayor, así como más consumo de agua y de energía, por lo que se deben valorar las necesidades reales de cada familia y elegir el modelo que más se adecue a la cantidad de ropa que se lava habitualmente.

La velocidad de giro es el número de vueltas que dará el tambor por minuto, a cuanta más velocidad se realice el lavado, menos húmeda quedará la ropa y será más rápido su secado, aunque por el contrario terminará más arrugada y será más complejo el planchado.

El consumo energético es la cantidad de energía que se consume durante cada lavado, teniendo en cuenta que el proceso de calentar el agua al que se va a lavar la ropa es el momento en que se consume la mayor cantidad de energía, por lo que siempre que sea posible es recomendable elegir programas de lavado en frío. Un ciclo de lavado a 60ºC consume el doble de energía eléctrica que uno a 40ºC.

Siempre se deben elegir electrodomésticos con eficiencia energética A, A+ o A++, ya que aunque el precio que se debe desembolsar por ellos es ligeramente mayor, merece la pena desde el punto de vista del consumo, puesto que el consumo energético es el triple en los electrodomésticos tipo G que en los de tipo A.