3. Textos expositivos
George tiene muchas dudas acerca de la denominación de la lengua que él estudia. Cuando estaba en Gran Bretaña, estaba bastante seguro de que estudiaba español. Sin embargo, una vez en nuestro país, escucha hablar también de castellano. Ya ha aprendido, como sabes, a buscar información en Internet; y no duda en hacerlo con este tema para ver si, finalmente, llega a alguna conclusión. Ha acudido a una de las enciclopedias en las que sabe que puede encontrar información veraz y ha localizado estos datos:
Polémica en torno a español o castellano La polémica en torno a los términos español y castellano se basa en la disputa para decidir si resulta más apropiado («correcto») denominar a la lengua hablada en Hispanoamérica, en España y en otras zonas hispanoparlantes «español» o «castellano», o bien si ambas son formas perfectamente sinónimas y aceptables, que es actualmente el criterio académico. (...) Desde el punto de vista estrictamente lingüístico, no hay preferencias por una denominación u otra. La ciencia lingüística se limita a estudiar y caracterizar la complejidad de los sistemas lingüísticos interrelacionados que componen un diasistema o lengua histórica (como conjunto más o menos complejos de variedades geolectales, sociolectales y funcionales, variables a su vez en el tiempo), y, terminológicamente, a recoger los diversos usos denominativos de una lengua o familia de variedades. Para la ciencia lingüística, pues, ambos términos son válidos a la hora de designar el diasistema de la lengua histórica llamada popular y oficialmente castellana o española. En el ámbito normativo-prescriptivo, según la normativa establecida por los principales organismos de política lingüística del área hispanohablante en lo relativo a la codificación del estándar idiomático (Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española), castellano y español son términos sinónimos y válidos, si bien muestran preferencia por la forma español |
Si lees atentamente el texto observarás que:
- Se está explicando un tema perfectamente delimitado: el nombre del idioma de España.
- Se ofrece una información clara, ordenada y coherente.
- Pretende difundir el conocimiento sobre el tema; es decir, su intencionalidad es didáctica.
- Se ofrece el tema estructurado con un esquema muy preciso:
- Presentación del tema: Polémica sobre el idioma español.
- Desarrollo de la exposición: Razones lingüísticas sobre los diferentes nombres.
- Conclusión: Son términos sinónimos.
- La forma verbal empleada es el Presente de Indicativo: se basan, son, hay, muestran...
- Se realiza un enfoque objetivo del tema. Para conseguirlo, se evita el uso de la primera persona y de los adjetivos calificativos innecesarios.
- Se emplean tecnicismos: académico, sinónimo, diasistema, geolectales, lingüístico, sociolectales...
- Predomina la función representativa o referencial.
- Está redactado en tercera persona.
- Se emplea un vocabulario denotativo; es decir, que no dé lugar a interpretaciones, su significado coincide con exactitud con la definición que aparece en el Diccionario de la Real Academia Española.
Se trata, por lo tanto, de una exposición. Fíjate en qué gran variedad de textos pueden adoptar la forma expositiva:
- Artículos de las enciclopedias y diccionarios enciclopédicos.
- Informes y trabajos de investigación (textos científicos).
- Biografías.
- Monografías.
- Textos periodísticos: noticias, reportajes..
- Anuncios.
- Charlas y conferencias.
- Leyes.
- Determina claramente el tema que vas a tratar.
- Busca información sobre el mismo.
- Realiza un borrador.
- Redacta tu exposición siguiendo los principios de orden, claridad y precisión y sin olvidar, por supuesto, la corrección ortográfica (si es escrita).
Banco de palabras: conclusión, coherente, objetividad, claridad, estructura, información, presentación.
a) Objetividad.
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b) Predominio de la función referencial.
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c) Empleo de la primera persona.
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d) Uso de verbos en Pretérito Imperfecto y Pretérito Perfecto Simple.
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e) Utilización de un vocabulario denotativo.
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