En la historia inicial de esta unidad se habla de la contabilidad forense. Vamos a ver de qué se trata, ¿te apetece?

Su origen no es está claro, pero ya el Código de Hammurabi (Babilonia, antigua Mesopotamia, año 1692 a.C.), el primer documento legal conocido por el hombre, presenta fragmentos donde podemos vislumbrar el concepto básico de Contabilidad forense: demostrar con documentación contable un fraude o una mentira.

Esta contabilidad no tuvo mucha trascendencia, hasta que en los años 30 del siglo XX apresan en Estados Unidos a Al Capone, personaje mafioso dedicado a prácticas criminales y al lavado de dinero. Los contables del departamento de impuestos buscaron pruebas para poder detenerle y así encontraron gran cantidad de material contable, como el libro de pagos, con el cual se pudo comprobar que el volumen de ventas superaba la capacidad teórica del negocio lícito. De hecho, el volumen de ventas real y el volumen de ventas declarado eran muy diferentes. De esta forma la fiscalía pudo demostrar el fraude en el pago de impuestos de Al Capone y así desmantelar esta organización.

El caso Watergate también en Estados Unidos (1972) dio inicio al análisis del fraude en los estados financieros. Tan pronto como este escándalo salió a la luz fueron reveladas una serie de actividades ilegales paralelas que dieron como resultado la dimisión del presidente Richard Nixon, tras la formulación de una acusación contra él y otros altos funcionarios del gobierno de los Estados Unidos.