Producción y mercados: Los ingresos, los costes y los beneficios
Imagen de elaboración propia |
Cuando nos planteamos llevar a cabo una actividad empresarial, según hemos visto en unidades anteriores, pretendemos obtener un beneficio.
En efecto, de la misma manera que cuando dejamos una cuantía en un depósito a plazo fijo en el banco lo hacemos con el fin de obtener un rendimiento al cabo de cierto tiempo, el empresario que decide invertir en un proyecto lo hace para recuperar el dinero que aportó y obtener una cuantía adicional.
En este sentido, es útil que recordemos el concepto del coste de oportunidad: no tiene lógica esperar recuperar sólo lo que se aporta porque en ese caso se obtendría más dejando el dinero en el banco y poniéndose a trabajar bajo la orden de un empresario a cambio de un salario.
Aún podríamos llevar nuestra argumentación más allá en el caso del depósito bancario, probablemente escogeremos dar nuestro dinero al banco que más interés nos dé -y para ello nos informaremos previamente-, siempre y cuando el banco en cuestión sea de fiar.
Pues bien, de forma similar, un empresario buscará invertir en la actividad que entienda le va a dar el mayor beneficio, siempre que los diferentes proyectos que esté estudiando tengan un nivel de riesgo igual o parecido.
El beneficio es la diferencia entre los ingresos que una empresa obtiene por la venta de los bienes o servicios que produce y los costes en los que tiene que incurrir para su elaboración.
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A lo largo de este tema vamos a estudiar cómo se calcula el beneficio de las empresas y cuáles son los factores que hay que tener en cuenta para intentar maximizarlo. Para ello tendremos que asumir ciertas hipótesis en el comportamiento de los ingresos y los costes.