A este grupo pertenecen los envases realizados con plástico, metal y los brik.

El principal problema de los plásticos es que no son biodegradables y presentan gran dificultad para su separación y reciclaje. Los brik o tetrabrik son también difíciles de reciclar pues la separación de sus componentes (cartón, plástico y aluminio) implica un elevado coste energético.

Existen dos sistemas de recogida de este tipo de envases:

- A través de los contenedores amarillos de la vía pública

- De forma individualizada a los grandes generadores de residuos.

Antes de ser llevado a la planta de reciclaje se clasifican (en la planta de clasificación). En ella lo primero que se hace es realizar una separación según el material: un aspirador absorbe los plásticos más ligeros (bolsas, etc.), manualmente se separan los plásticos más pesados y un imán atrae latas y botes metálicos. Estas técnicas reciben el nombre de triaje manual o mecanizado. Después cada componente se compacta y se traslada al punto de reciclaje.

En las plantas de reciclaje se transforman los materiales en nuevas materias primas. Para ello estos materiales se someten a fragmentación y se mezclan con materiales nuevos hasta convertirlos en una pasta que servirá como materia prima para crear nuevos productos.