Salirse por la tangente: Bueno, mejor...¡ÓPTIMO!


Fuente propia

Es común escuchar en medios de comunicación, cuando vas de compras o simplemente en una conversación familiar, la siguiente expresión "De lo bueno, lo mejor, y de lo mejor, lo óptimo". Cuando en época de navidad, observamos a los clientes de los centros comerciales adquirir un jamón, siempre escuchas la misma expresión: "Ponme un jamoncito...que esté bueno, que esté muy bueno". Siempre buscamos eso, lo bueno, el mayor de los buenos. Aunque en lo que respecta a jamones están casi todos buenos, pero si son ibéricos...son mejores...y si son de Jabugo y con un precio asequible...ya son ¡¡¡ÓPTIMOS!!!

 

Al igual nos pasa con otros productos, como con las gambas blancas de Huelva, el aceite de oliva virgen extra de Jaén o los espetos malagueños, son manjares que sobrepasan los términos de bueno y mejor, realmente son óptimos.

No solo vamos a buscar lo óptimo en la comida. Si pensamos en arquitectura árabe, nos parecen excelentes la Alhambra granadina, la Mezquita cordobesa o el mudejar aragonés, o en arquitectura con reminiscencias de la naturaleza, encontramos lo óptimo en Antoni Gaudí. Pero en el día a día, todos buscamos también lo óptimo, un estudiante intenta conseguir la nota óptima, un diez, un atleta intenta buscar su momento óptimo de forma para lograr su mejor marca y no olvidemos la relación consumo/rendimiento en los automóviles, que en caso de no ser óptimo le costará un disgusto a nuestro bolsillo.

 

En este tema vamos a buscar soluciones óptimas gracias a las matemáticas, trabajando con funciones e intentando calcular el valor óptimo para la resolución de una determinada situación.

Aquí puedes ver el anuncio de un conocido programa donde se tratan los mejores alimentos de nuestra gastronomía.