3. Aspectos prácticos
Imagen 6 Elaboración propia |
Los ácidos y las bases son sustancias de las que se producen millones de toneladas al año en el mundo, dada la enorme diversidad de usos que tienen en química básica como intermedios en la producción de otras muchas sustancias. Al estudiar el estado de equilibrio ya has visto la síntesis del amoniaco por el método de Haber-Bosch. Al desarrollar la electrolisis en la unidad siguiente, verás cómo se obtiene industrialmente el hidróxido de sodio. La reacción química mediante la que se obtiene el ácido sulfúrico la verás al analizar más adelante la formación de la lluvia ácida.
Antes que ver métodos de producción, es más interesante que reconozcas su uso en situaciones muy habituales. Aquí tienes algunas.
El salfumán todavía se utiliza como agente de limpieza en situaciones de suciedad elevada. Se trata de disolución de ácido clorhídrico concentrado, tanto que libera vapores de HCl, muy peligrosos si se respiran directamente.
¿Y los desatascadores de tuberías? Si te has fijado en los que se presentan en estado sólido, se trata de escamas o lentejas blancas, que dejan un tacto jabonoso en contacto con la piel (que debes evitar). Se trata de NaOH, y se utiliza como desatascador por el carácter fuertemente exotérmico de su disolución en agua, que reblandece por calentamiento las masas de materia orgánica que atascan las tuberías.
En la limpieza del cabello se utilizan champús que la propaganda dice que son ácidos, ya que el pelo y la piel tienen un pH ligeramente ácido, de aproximadamente 5, como ves en la imagen. Los jabones caseros que se utilizaban hace muchos años eran muy básicos, alterando el pH natural de piel y cabello, que se volvía quebradizo. Por esa razón, había costumbre de enjuagar el cabello con agua que llevaba vinagre, que suavizaba el pelo y le devolvía a su pH normal. ¡La sabiduría popular tenía una base química!
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Imagen 7 Ánforas, Creative commons |
Ten en cuenta que los ácidos y bases son sustancias en general peligrosas, sobre todo cuando están concentrados, por su alto poder corrosivo, y que hay que tener mucho cuidado con su manejo. Los símbolos de manipulación de sustancias peligrosas incluyen el carácter corrosivo. Si te fijas, lo verás en los camiones que transportan mercancías peligrosas, y también en el etiquetado de productos que tengan esa característica.
El cloro es un agente desinfectante
que se utiliza para mantener el agua limpia en las piscinas. El cloro (Cl2) es
un gas, por lo que en las piscinas se suele añadir hipoclorito de sodio, que al
disolverse en agua se disocia en NaClO → Na+ + ClO-. El anión hipoclorito procede de un ácido débil y tiene tendencia a reaccionar
con el agua, hidrolizándose, ClO- + H2O → HClO + OH-. Como resultado, el agua de la piscina ve incrementado el valor del pH.
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Vídeo 2 Antena 3 noticias, Uso libre |
La desinfección se produce cuando el ácido hipocloroso reacciona con la pared bacteriana. Es necesario controlar el valor del pH, para disponer de una concentración efectiva de HClO. El valor del pH de la piscina se debe encontrar entre unos valores de 7 a 7,8, por lo que se debe controlar diariamente.
Recuerda que el pH de la piel es de 5,5, por lo que en el agua de la piscina puede resultar agresiva para la piel, pues destruye su capa protectora externa y puede ocasionar problemas de sequedad o irritaciones.
La lejía que utilizas en casa es precisamente una disolución de hipoclorito de sodio. Una de sus propiedades es que es un agente blanqueante de la ropa; en realidad, lo que hace es destruir (oxidar) las moléculas de colorante.
Es muy importante no mezclar la lejía con ácidos, ya que se liberan cloro y ácido hipocloroso, muy reactivos y peligrosos. Si esa mezcla se produce, pasa lo que puedes ver en el vídeo: como dice la protagonista ¡que se lía parda!