3.3 El pH de la sangre


Imagen 10 ISFTIC, Creative commons

El pH de la sangre debe mantenerse entre 7,35 y 7,45, ya que la actividad de las enzimas que catalizan la mayor parte de las reacciones que tienen lugar en la sangre solamente actúan dentro de ese intervalo de pH: variaciones de unas décimas por encima o por debajo pueden producir la muerte.

Para conseguir mantener constante el pH, en la sangre hay varios sistemas amortiguadores, siendo el más importante el tampón bicarbonato-ácido carbónico.

H2CO3 + H2O ↔ HCO3- + H3O+

El H2CO3 se descompone en CO2 y agua, y el CO2 se puede eliminar de la sangre en los pulmones y expulsarlo al respirar.

Cuando aumenta la cantidad de iones hidronio, el equilibrio se desplaza hacia la izquierda, de forma que el exceso de CO2 se elimina en los pulmones.

Cuando aumenta la cantidad de iones hidróxido, disminuye la de hidronio y el equilibrio se desplaza a la derecha. El exceso de bicarbonato se elimina a través de los riñones.


Imagen 11 Elaboración propia