Cifras y letras: Los decimales importan

IMG_2547 de Fotero, CC by-nc 2.0

¿Has dejado hace poco tu coche en un aparcamiento público? ¿Has visto cuánto cuesta un segundo de estancia? Un precio normal puede ser 0,000534 euros por segundo.

¿Has tomado alguna vez las medidas de tu DNI o de la tarjeta de crédito? Hazlo, y divide el largo entre el ancho. ¿Qué número aparece? Esta cantidad es una aproximación del número áureo, también llamado Φ (phi).

Si realizas la misma operación con la medida del contorno de una lata de refrescos y de su diámetro, es decir, divides lo primero entre lo segundo, también te aparecerá la aproximación a un número muy conocido, π (pi).

La verdad es que pocas veces trabajamos con números enteros. Incluso cuando nos preguntan nuestra edad, y a no ser que ese mismo día cumplamos años, no deberíamos decir que tenemos 32 años. Sería mucho más correcto especificar que nuestra edad es de 32 años, cuatro meses, doce días, 4 horas... Aunque en este caso, y para no aburrir a nuestro interlocutor, lo mejor sería decirle que tenemos 32 años y medio, o si somos algo coquetos, que acabamos de cumplir los 32.

Por tanto, en multitud de ocasiones, no es necesario ser muy precisos al expresar una cantidad. Basta con que aproximemos el número, teniendo en cuenta el contexto en que lo estamos utilizando. Aproximar mi edad por 32 años y medio no es ninguna locura, pero decir que mi hija que acaba de cumplir los 4 meses de vida tiene medio año, no es que sea muy correcto.

A lo largo de todo este tema vamos a trabajar con los números reales. Este nuevo conjunto se divide en racionales e irracionales. El que un número real pertenezca a uno u otro grupo va a depender de cómo sea su parte decimal.

Los decimales importan, y más desde que se implantó el euro como moneda.