1. Charles Baudelaire
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Odilon Redon: Retrato de Violette Heymann. Imagen en Wikimedia Commons bajo dominio público. |
En el caso de la poesía, los simbolistas pretenden ir más allá de las realidades perceptibles por los sentidos, es decir, quieren profundizar en todo aquello que esté oculto en el fondo del alma o de las cosas. De esta forma, el lenguaje poético adquiere una finalidad cognoscitiva, pues pretende, a través de elementos tomados del mundo exterior ("símbolos") bucear en en interior y hablar de realidades misteriosas y metafísicas.
Fíjate en este poema de Las flores del mal de Charles Baudelaire, titulado "CORRESPONDENCIAS":
La Naturaleza es un templo donde vivos pilares
dejan salir a veces sus confusas palabras;
el hombre la atraviesa entre bosques de símbolos
que lo contemplan con miradas familiares.
Como muy largos ecos que de lejos se mezclan
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche y como la claridad
Los perfumes, los colores y los sonidos se responden.
Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces como los oboes, verdes como las praderas,
-y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,
que la tienen la expansión de cosas infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del espíritu y de los sentidos.