1.1. La organización científica del trabajo
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Imagen 3. Tiempos modernos. Charles Chaplin. Fuente: Cineforever. |
La organización científica del trabajo aporta una visión mecanicista del proceso productivo en la que la empresa es vista como una máquina en la que el trabajo es una pieza ajustable más. Más aún el trabajador es considerado por esta escuela como un ser egoísta y perturbador, que se mueve únicamente por estímulos pecuniarios (salario), al que hay que vigilar y controlar muy de cerca. La empresa es el patrón y las máquinas, el personal es considerado como algo externo, que hay que soportar porque es necesario.
Según la escuela clásica existe una única forma óptima de organizar el trabajo en la empresa que es única y universal y se basa en los siguientes principios:
- Toma de decisiones de forma centralizada.
- Máxima división del trabajo y especialización productiva.
- Jerarquía y liderazgo autocrático.
- Comunicación que fluye exclusivamente desde arriba hacia abajo (de jefes a empleados).
- Rígidos sistemas de supervisión y control, poniendo siempre especial acento en el aspecto formal de la organización.
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Imagen 4. F.W.
Taylor. Licencia Creative Commons. |
Desde el principio se preocupó de la observación detallada del trabajo. Se inquieta al comprobar lo mal que se trabaja en la empresa y según él las causas son la pereza y la incompetencia de los obreros, y la solución para mejorar es la división extrema del trabajo que realiza cada obrero (especialización). Buscaba la aplicación de métodos científicos a la organización del trabajo y decía "siempre existe un método mejor para hacer cualquier cosa". Sus principios básicos son:
- Establecer previsiones de tiempos invertidos y niveles de producción.
- Separación entre la programación del trabajo y su ejecución, separación entre el trabajo y la dirección ("Al trabajador no se la paga para que piense sino para que trabaje").
- Organización funcional: cada obrero recibe órdenes de tantos jefes especialistas como facetas tenga su tarea.
- Racionalización del trabajo: obtener la mayor eficacia posible, asignando a cada trabajador el trabajo para el que mejor esté cualificado, disponiendo de la maquinaria adecuada, evitando movimientos y consumo de tiempo innecesario, buscar el método más rápido para hacer las tareas... En definitiva, lograr la máxima producción al mínimo coste.
- Buscar un método de remuneración que premie los resultados obtenidos, es decir, el esfuerzo.
- Crear un mecanismo de control de trabajo, para lo que necesita una medida exacta del mismo.
Imagen 5. Cadena de montaje Ford. Licencia Creative Commons. |
Hoy en día este modelo es cuestionado por no tener en cuenta los aspectos psicológicos de los trabajadores pero en su momento tuvo una gran influencia empresarial que culminó con la línea de montaje atribuida casi universalmente a Henry Ford, quien la empleó desde 1913 en la fabricación del modelo de automóvil Ford-T. Es necesario reconocer que, si bien los diversos elementos tanto técnicos como organizativos que constituyen la línea de montaje ya existían en esa época es mérito de Ford reunir todos esos elementos, incorporarlos en un diseño técnico.
Es en la rigidez de la cadena de montaje donde principalmente se encuentra el contrapunto de su "eficiencia" pues la más pequeña perturbación se transmite a través del sistema técnico al resto de la cadena, interrumpiendo su funcionamiento... En esta situación y dentro del enfoque taylorista, la solución se encuentra en mantener en todo momento, recursos en paralelo. En decir, mantener una copia ociosa de cada elemento de la cadena en prevención de cualquier fallo que pueda ocurrir. El fordismo supone pues la culminación del taylorismo.
H. Fayol
La versión más administrativa de buena parte de la filosofía tayloriana fue formulada por autores como Henrry Fayol. Al igual que en el taylorismo, la organización científica de la administración que propone esta versión considera al personal como una pieza pasiva de un engranaje montado por la dirección. Prima la preocupación por la organización formal, ignorándose en gran medida las relaciones informales.
Imagen 6. Fuente: Elaboración propia. |
Mientras que Taylor se situó en la base de la pirámide organizativa y se preocupó principalmente por la organización del trabajo en el taller, Fayol se sitúa en el vértice de la pirámide de personal y su óptica es la de un director general, de ahí que se dijera que el fayolismo fue en realidad una escuela de jefes.
Estableció 14 principios de dirección del trabajo entre los que destacamos:
- División del trabajo: lo que produce un incremento de la eficacia y ésta una mayor productividad.
- La responsabilidad es consecuencia de la autoridad.
- Concibe la empresa como un conjunto de sectores entre los cuales predomina indiscutiblemente el sector administrativo o gerencial.
- Subraya la estructuración jerárquica y el principio de autoridad en base al organigrama de la empresa.
- Unidad de dirección: una dirección al frente de un conjunto de actividades para la consecución de un mismo objetivo. Las funciones directivas: planificar, organizar, tomar decisiones, coordinar y controlar.
- Unidad de mando: un miembro de la organización sólo debe recibir órdenes de un jefe.
Explica los principios que enunció Taylor como características de la Organización Científica del Trabajo.