2.2. Concentración y externalización
Imagen 9. Elaboración propia |
Pero de forma paralela, al mismo tiempo que se produce ese proceso de concentración, y por tanto de aumento de la dimensión, muchas empresas están optando por externalizar determinadas tareas, funciones o procesos de su actividad, en general aquellos que generan menos valor o se alejan más de su actividad esencial: la producción de determinados componentes, la logística, la gestión de recursos humanos, las comunicaciones, el mantenimiento técnico, la limpieza y la seguridad... Por tanto, esa externalización, en la medida que supone un descenso del número de trabajadores propios o, en general, de activos disminuye la dimensión de la empresa.
El proceso de externalización también se conoce como subcontratación o con el término anglosajón de outsourcing y hoy en día es una práctica muy usual no sólo en actividades como la seguridad o la limpieza de la empresa sino incluso en partes del proceso productivo que tradicionalmente eran el eje de las empresas. Por ejemplo, muchas empresas, como las de prendas deportivas o de equipos informáticos, no producen los productos de sus propias marcas sino que encargan la producción a otras (casi siempre de países menos desarrollados unido al proceso de deslocalización que hemos visto en un apartado anterior).
También las empresas de servicios subcontratan partes de su producción como, por ejemplo, la atención al cliente o el telemarketing que se encargan a call centers situados muchas veces en países latinoamericanos o asiáticos.
Imagen de elaboración propia
Verdadero Falso
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