Nos movemos por el Espacio: Todo es relativo.
Suele ser corriente que las personas que vivan en una ciudad con atractivo turístico, no sean conscientes de los monumentos que les rodean y que atraen a multitud de turistas, pues tienen costumbre de convivir diariamente con esos exponentes del arte. En esa línea, a todos nos pasa que muchas veces no nos damos cuenta que vivimos en un mundo de tres dimensiones y las propiedades o características que ello conlleva. Estamos acostumbrados a nuestra arquitectura y pocas veces nos paramos a pensar que estamos rodeados de planos y rectas que están relacionados entre sí. Por la costumbre, no nos llama la atención que nuestras paredes sean verticales y nuestros suelos y techos horizontales, salvo si estamos en una buhardilla o utilizamos una escalera que tenga otra encima.
Por lo anterior, cuando nos encontramos en un lugar que rompe esos esquemas a los que estamos acostumbrados de perpendicularidad y paralelismo nos choca poderosamente esas variaciones respecto a lo que no es cotidiano. Para comprobarlo vamos a ver unas imágenes de una película de 1919 dirigida por Robert Wiene y que es una muestra excelente del Expresionismo alemán. Se trata de la película "El gabinete del doctor Caligari". En ella nos pueden llamar la atención las paredes, las puertas o algunas ventanas que son cuadriláteros sin ningún lado paralelo.