En la vida cotidiana hay situaciones en las que se puede observar repeticiones en la evolución de un proceso. Imagínate que estás frente a un semáforo esperando a un amigo. Si te fijas en él verás como se enciende y apaga el paso de peatones de una forma periódica.

Otro ejemplo de proceso repetitivo puede ser la devaluación del precio de un vehículo, que cada año que pasa tiene menos valor.

En algunos de estos procesos podemos apreciar un aumento o disminución regular, que si se analiza permite expresar dichas variaciones con una expresión algebraica. Como ya hemos dicho anteriormente, esta expresión lo que hace es sintetizar de forma precisa la regularidad existente.