2. ¿Cómo y qué aproximamos?

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animación de un hombre pensando cómo rellenar un formulario

12. Imagen de gifmania bajo licencia Creative Commons

¿Te has parado a pensar que nuestra edad no es exacta?

¿No lo sabías? Te pongo un ejemplo:

Jesús, nació el 27 de febrero, ahora tiene 43 años. Cuando se le pregunta la edad (supón que hoy es 27 de junio y son las 13.30 horas) dice que tiene 43 años y no dirá que tiene 44 hasta el próximo 27 de febrero. Esto, tan común en las personas, se llama aproximar por defecto o si responde "voy a cumplir 44" sería por exceso. ¿Qué pensaríamos si Jesús hubiera contestado: 43 años, 4 meses, 5 horas, 10 minutos y 15 segundos? ¿?. Sin embargo esta respuesta es más exacta.

¿Pero podríamos alguna vez decir nuestra edad exacta?

Es evidente que no, mientras la decimos están pasando segundos, décimas de segundos, etc. Sin embargo damos por buena la respuesta "tengo 43".

Pues bien, como hemos visto anteriormente, hay en nuestra vida cotidiana situaciones que por costumbre o por utilidad aproximamos.

Bien es cierto que cuando preguntamos la edad a una persona nos basta con saber los años cumplidos, si es su salario (2.128,47 € ) con 2.120 nos basta, los metros útiles de su casa (102,59), unos 100 sería suficiente, etc.



 


En este apartado vamos a ver cómo obtener el valor aproximado (x*), de un

número exacto (x).

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De ahora en adelante, el valor aproximado lo representaremos siempre por "x*" y el valor exacto por "x"

A la hora de aproximar se utilizan dos tipos de aproximaciones:

 

a) Truncamiento

 

b) Redondeo