2. Características del español de América

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Imagen 3. Autor: Heraldry. Licencia Creative Commons

Yo digo lo que tú callas, Carolina Robino 

Cuando usted, estimado lector, lee las notas que publicamos en BBC Mundo seguramente no se imagina la cantidad de trabas idiomáticas que hemos tenido que superar para publicarlas. Porque aunque todos hablamos castellano, venimos de distintos países y en muchas ocasiones necesitaríamos un diccionario para traducir del colombiano al cubano o del argentino al ecuatoriano.

En Chile se habla de peak porque pico significa pene y decir la hora pico puede prestarse a malos entendidos. Por eso es una palabra que aquí evitamos.

Una vez le dije a un colega español, "córrete", para pedirle que se alejara un poco porque estábamos muy apretados en un sillón. Me miró con ojos de huevo frito. Y como yo seguía sin entender, me tuvo que explicar que en España "córrete" equivale a "eyacula".

Si Rolando, que es cubano, me dice: "usa la guagua", yo le entiendo que use a un bebé, cuando él habla del autobús.

Yo, por mi parte, les digo espermios a los espermatozoides y aunque un editor casi me convence de que esa palabra no existe, la Real Academia de la Lengua la reconoce como un chilenismo.

Estamos unidos y separados por el mismo idioma.
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El inca Garcilaso de la Vega, mestizo, hijo de conquistador, fue el primer gran escritor que dio América a las letras españolas. Es conocido, entre otros apelativos, como Príncipe de los escritores del nuevo mundo.

Para comprender los rasgos peculiares de esta habla, tenemos que tener en cuenta que la mayor parte de las personas que fueron hasta allí eran andaluces (principalmente sevillanos). Además, era obligatorio que cualquier individuo que desease ir a las Indias pasara obligatoriamente por el puerto de Sevilla, donde la estancia mínima rondaba los dos años. Durante este tiempo, es normal la adquisición de rasgos andaluces.

Vamos, pues, a conocer estas características.