2.1. Góngora
En 1587, cuando contaba con 26 años, Góngora (1561-1627) se autorretrató jocosamente en este romance:
[...] Cuanto a lo primero, es su señoría un bendito zote de muy buena vida, que come a las diez y cena de día, que duerme en mollido y bebe con guindas; en los años mozo, viejo en las desdichas, abierto de sienes, cerrado de encías; no es grande de cuerpo, pero bien podría de cualquier higuera alcanzaros higas; la cabeza al uso, muy bien repartida, el cogote atrás, la corona encima; la frente espaciosa, escombrada y limpia, aunque con rincones, cual plaza de villa; las cejas en arco, como ballestillas de sangrar a aquellos que con el pie firman; |
los ojos son grandes, y mayor la vista, pues conoce un gallo entre cien gallinas; la nariz es corva, tal, que bien podría servir de alquitara en una botica; la boca no es buena, pero a mediodía, le da ella más gusto que la de su ninfa; la barba, ni corta ni mucho crecida, porque así se ahorran cuellos de camisa; fue un tiempo castaña, pero ya es morcilla: volveránla penas en rucia o tordilla; los hombros y espaldas son tales, que habría, a ser él san Blas, para mil reliquias; lo demás, señoras, que el manteo cobija, parte son visiones, parte maravillas. [...] |
Es fiero poeta, |
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Imagen de Diego de Velázquez bajo Dominio público |
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Imagen de Antonio Chacón bajo Dominio público |
La obra del poeta no pasó desapercibida en ningún momento. Desde sus seguidores más inmediatos hasta los grandes revitalizadores del poeta cordobés, la Generación del 27, su producción ha sido tanto vilipendiada como elogiada. El hermetismo de la vida de Góngora coincide con la necesidad, preconizada por Ortega y Gasset, de mantener rigurosamente alejadas vida y literatura, así como la absoluta preponderancia de la técnica sobre el sentimiento.
El objetivo de la poética gongorina, tendente a la intensificación y potenciación de lo real, debieron de impresionar hondamente a los artistas del 27. “Profesor de los cinco sentidos” lo llamó Lorca en la conferencia pronunciada en Granada en 1927. De hecho, fue la celebración de un funeral en honor del poeta barroco, al cumplirse el tercer centenario de su muerte, el acto fundacional de esta generación poética. Cuenta Dámaso Alonso que la invitación al funeral había aparecido en la revista Carmen de Gerardo Diego, e iba firmada por “los nietos de Góngora”; al mismo tiempo, numerosas invitaciones habían sido cursadas a las autoridades locales. A la misa celebrada en la iglesia barroca de Santa Bárbara, en Madrid, asistieron, a pesar de la publicidad desarrollada, solo unos pocos amigos más. Los oficiantes examinaban atentamente a aquellos jóvenes enlutados, tratando de descubrir quién de ellos sería el pariente más próximo del difunto, para echarle una mayor dosis de incienso.
Aparte del carácter jocoso de la anécdota, el hecho pone en evidencia el interés de la “generación” por un poeta hasta entonces proscrito, así como un reconocimiento y una admiración por su poesía y por los conceptos que de ella se desprenden.
Horizontales:
- Conjunto de características rítmicas y sonoras propias de la música y gratas al oído.
- Palabra o expresión de origen latino.
- Recurso que une dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales.
- Conjunto de leyendas sobre dioses y personajes sobrenaturales.
- Desorden sintáctico.
Verticales:
- Palabra que no ha evolucionado desde su origen clásico.
- Adjetivo ornamental.
- Figura que relaciona un término real con otro imaginado.
- Recurso que relaciona dos términos por semejanza de sonido o por etimología.
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