1.2. Obra literaria (I)

Menospreciado como poeta, cuestionado como dramaturgo y admirado como novelista, Miguel de Cervantes fue, ante todo, escritor.
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Diálogo entre Babieca y Rocinante
B. —¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R. —Porque nunca se come, y se trabaja.
B. —Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?
R. —No me deja mi amo ni un bocado.
B. —Andá, señor, que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R. —Asno se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miraldo enamorado.
B. —¿Es necedad amar?
R. —No es gran prudencia.
B. —Metafísico estáis.
R. —Es que no como.
B. Quejaos del escudero.
R. —No es bastante.
¿Cómo me he de quejar en mi dolencia,
si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinante?

La mayor parte de su producción poética se encuentra en sus textos dramáticos y narrativos. Suele tener un carácter circunstancial y, como en este caso, sirve al texto narrado. Cervantes solo escribe un texto poético independiente, ¿conoces cuál?


La gran vocación del autor fue, sin duda, el teatro. En primer lugar, por ser la moda literaria de la época y, después, porque se trataba del medio literario que mayor recompensa económica dejaba a los autores. De esta vocación por el mundo de la farándula da cuenta en un fragmento del Quijote. Leámoslo y pensemos sobre ello.
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Imagen de Desconocido bajo  Dominio público
"A esto se aplicó mi ingenio, por aquí me lleva mi inclinación, y más, que me doy a entender, y es así, que yo soy el primero que he novelado en lengua castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas todas son traducidas de lenguas estranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas ni hurtadas: mi ingenio las engendró, y las parió mi pluma, y van creciendo en los brazos de la estampa. Tras ellas, si la vida no me deja, te ofrezco los Trabajos de Persiles, libro que se atreve a competir con Heliodoro, si ya por atrevido no sale con las manos en la cabeza; y primero verás, y con brevedad dilatadas, las hazañas de don Quijote y donaires de Sancho Panza, y luego las Semanas del jardín. Mucho prometo con fuerzas tan pocas como las mías, pero ¿quién pondrá rienda a los deseos? Sólo esto quiero que consideres: que, pues yo he tenido osadía de dirigir estas novelas al gran Conde de Lemos, algún misterio tienen escondido que las levanta."