3. Un empirista "extraño": George Berkeley.

George Berkeley (1685-1753) suele ser considerado como el autor empirista situado entre John Locke y David Hume, tanto cronológicamente como en cuanto al desarrollo de los principios teóricos del empirismo. Llegó a ser obispo, algo que parece poco usual entre los autores empiristas, normalmente considerados como ateos (aunque no sea siempre el caso, como podemos ver) e interesados en la política. Su filosofía suele resumirse en una sentencia famosa: "esse est aut percipi aut percipere", o sea, "ser es ser percibido o percibir". Vamos a intentar explicar brevemente el pensamiento de este peculiar autor.

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En primer lugar nos interesa centrarnos en la visión de Berkeley sobre las ideas: todo conocimiento es conocimiento de ideas. Ahora bien, al filósofo le interesan particularmente ideas como "sustancia" o "existencia", que no están del todo claras. Locke había dicho que el concepto de sustancia remite a un sustrato oculto e incognoscible. Berkeley no está de acuerdo. Así, este autor mantiene un nominalismo extraño: las palabras significan ideas. Pensemos en los conceptos generales, por ejemplo. "Triángulo" es un concepto general que tiene que remitir a todo tipo de triángulo, pero que no puede ser, sin embargo, "ni oblicuo, ni isósceles, ni escaleno, ni equilátero, ni rectángulo".
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El perro de Francisco de Goya
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Piensa en el concepto de "perro". Imagina que te pedimos que expreses lo que has pensado. Seguramente o has intentado una definición, o has imaginado a un perro concreto. El segundo caso no es válido, puesto que no es un concepto, es un ejemplo de perro determinado (puedes haber pensado en un perro conocido, o haber imaginado uno). Pero, además, una definición no es un concepto ("animal de cuatro patas que..."; el concepto no es lo que viene en los diccionarios o en las enciclopedias temáticas).
 
El problema que plantea Berkeley es evidente: el concepto de "perro" tiene que servir para todos los perros, pero no puede ser ningún perro en concreto.
Entonces, ¿el concepto es algo mental o existe aparte de nuestra mente?

Como todos los empiristas, Berkeley considera que todo conocimiento procede de la experiencia. Ahora bien, si la experiencia consiste realmente en captar las cosas o fenómenos del mundo que me rodean a través de mis sentidos, entonces cabe plantearse la siguiente pregunta: ¿qué ocurriría si nadie existiera para captar dicha realidad?
Pensemos en una visión concreta: la de la Luna, por ejemplo. Puedo verla como luna llena o luna nueva, menguante o creciente. ¿Significa eso que la Luna misma está siempre cambiando o siempre es igual? Evidentemente, tiendo a pensar en lo segundo. Pero si Locke ha negado el concepto de sustancia, puesto que no podemos conocer la base material de la naturaleza de las cosas, entonces parece que la realidad misma de las cosas se desvanece. Locke había dicho, además, que las cualidades primarias son realmente existentes, mientras que las secundarias son subjetivas. Pero el caso es que captamos los objetos como un todo, no podemos separar unas cualidades de otras. Por lo tanto, argumenta Berkeley, todo sería subjetivo a no ser que existiera una mente perfecta que lo captara todo. De ahí que "ser sea ser percibido". (Locke había llegado a la conclusión de que Dios existe, y de ello tendríamos un conocimiento demostrativo, puesto que Dios sería la causa de todo lo demás; lo único que cambia ahora es la forma de llegar a su necesidad: lo que ha cambiado ha sido la perspectiva, que en este caso es la perspectiva divina, que capta la totalidad de lo real.)
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Pensemos en un ejemplo famoso (que, evidentemente, no es de Berkeley): ¿cómo sonaría un árbol que cae en un bosque desierto? Todo el mundo pensará en el ruido de un árbol cayendo, pero, si nadie puede escucharlo ¿podemos hablar realmente de ese sonido?
El sonido no es más que una determinada longitud de onda, y hace falta un sistema nervioso complejo y un aparato auditivo desarrollado que puedan captar los sonidos para que lo podamos oír. Exactamente igual: ¿cómo sería un color que nadie pudiera ver? Si no existe ningún ser para captar dicho color, ¿se podría hablar entonces propiamente de "color", o sería solamente una determinada longitud de onda?
 

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En definitiva, Berkeley es un autor que, aplicando los principios empiristas, llega a la curiosa conclusión de un mundo inmaterial que solamente existe en la mente de Dios, es decir, a un espiritualismo puro. Sorprendente, ¿no? Eso le parecerá al siguiente autor empirista, David Hume, quien, desde luego, no va a estar de acuerdo con las conclusiones de Berkeley.