1. Una perspectiva de las últimas décadas
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Imagen 2. Autor: Imagen de creación propia. |
En general, a lo largo de estos años subsistieron los problemas de fondo de la economía española: escasa capacidad de innovación y generación de empleo, crecimiento excesivamente intensivo en capital, dependencia de la inversión y la tecnología exterior, etcétera.
No obstante, los pequeños empresarios y comerciantes, que conformaban la mayoría de la clase empresarial, confiaban en poder seguir manteniendo sus negocios. El gran capital, concentrado en torno a la banca y al amparo del Estado, creía igualmente que el proceso liberalizador no iba a mermar su poder de mercado y su influencia en el poder. Y aunque los salarios, de los que dependían la mayoría de los ingresos de las familias, seguían siendo bajos, los españoles habían asimilado los valores de la sociedad de consumo.

"Al igual que ocurriera en otros períodos de su historia, en 1977 la sociedad española hubo de enfrentarse, a un tiempo, a la crisis económica que azotaba la economía mundial (agudizada en este caso por la situación extrema que presentaba nuestro país en cuanto a niveles de inflación, de déficit exterior y de pérdida de divisas) y a las especiales condiciones derivadas de los cambios políticos que conducirían a la actual democracia". Enrique Fuentes Quintana.
- Cierta liberalización del sistema financiero para agilizar los canales de financiación privada y pública.
- Configuración de un sistema fiscal tendente a equilibrar la imposición directa e indirecta. El objetivo final era garantizar los recursos públicos y un intento de redistribución de la renta.
- Acuerdo social para generar suficiente consenso entre sindicatos y patronal, con el propósito de frenar la creciente espiral inflacionista (precios-salarios-precios).

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Imagen 3. Autor: Desconocido. Banco del ITE
Licencia: Creative commons. |
En 1986 se produjo el ingreso de España en la Unión Europea (Comunidad Económica Europea, en la terminología de entonces). A partir de ese momento la economía tuvo que adaptarse a dos criterios preferentes:
- El proceso de integración en el mercado único de la economía comunitaria.
- La construcción de la Unión Económica y Monetaria.
Sin embargo, y a pesar de las ayudas e incentivos procedentes de Europa que permitieron un importante crecimiento del PIB, el principal problema de la economía española seguía siendo el desempleo. Durante los últimos años del siglo la forma de combatirlo se basó fundamentalmente en reformas laborales que abrieron posibilidades a la contratación temporal y al abaratamiento de los despidos. De esta forma, la tasa de paro se rebajó al 16% en 1990-1991 pero a costa de mantener una temporalidad muy elevada: en 1990 la tasa de temporalidad superaba el 30% de todos los contratos de trabajo y llegaba a ser del 90% en los nuevos. Los contratos temporales en España triplicaban los de la media europea.
Durante la recesión del período 1992-1994 la tasa de paro llegó a alcanzar más del 23%, el déficit público y el déficit exterior se acentuaron, se recurrió a tres devaluaciones de la peseta (1992, 1993 y 1997) que, junto con medidas de contención y austeridad en los presupuestos generales del Estado, permitieron recuperar el equilibrio macroeconómico que haría posible el cumplimiento de los requisitos del Programa de Convergencia 1992-1996, exigidos en el Tratado de Maastricht para integrarse en la Unión Monetaria.

- Mejorar la competitividad de las industrias mediante la inversión en desarrollo tecnológico y en la formación de profesionales.
- Controlar la inflación: La tasa de inflación no debería superar en 1´5 puntos la media de los tres países con menor tasa el año anterior.
- Contener el déficit público: el déficit público no debía supera el 3% del PIB.
- Los tipos de interés a largo plazo no debían superar en 2 puntos la media de los tres países con mayor estabilidad de precios en el año anterior.
- El volumen de endeudamiento no debía ser superior al 60% del PIB.
- La moneda nacional debía estar en la banda normal de fluctuación del Sistema Monetario Europeo (SME), no habiendo sido devaluada al menos en los dos últimos años.
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Imagen 4. Autor: Desconocido. Licencia: Creative commons. |
Si consideramos la etapa 1980-2007, veremos que la riqueza creada cada año, es decir, el PIB, se ha duplicado después de deducir la inflación. En ese último año la renta media por habitante ascendió a 23.424,90 euros, esta cifra suponía algo más del 90% de la renta media que ese mismo año disfrutaban los alemanes.
La incorporación de mano de obra extranjera, la mayor participación de las mujeres en el mercado laboral y el mantenimiento de un alto nivel de contratación temporal facilitaron la moderación salarial. Este puede ser uno de los motivos por los que se compatibilizó el crecimiento intensivo en capital con la creación de empleo. hay sin embargo que hacer notar que ese crecimiento se produjo especialmente y de forma espectacular en sectores a resguardo de la competencia internacional como la construcción, la hostelería y diversos servicios muy vinculados al territorio (servicio doméstico, transportes urbanos, comercio al por menor, etcétera).


Los Pactos de la Moncloa...
Buscaban la estabilización del sistema electoral.
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Pretendían frenar los desequilibrios de la economía española y alcanzar una situación de estabilidad social.
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Fueron un acuerdo en el que todos los partidos políticos aceptaron las condiciones de ingreso en la UE.
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Reformaron la Constitución para hacer posible el estado de las autonomías.
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