3.2. Almacenamiento de residuos: vertederos y depósitos


Imágenes de animación bajo licencia de Creative Commons. Basurero (1) autor:Gengiskanhg ; (2) autor: Gonzalo Bauluz ; Verterdero controlado, autor:Minghong

 

El último paso en la gestión de los residuos sólidos es su eliminación. Hasta este punto deben llegar sólo aquellos que son verdaderos residuos, siendo este el lugar de salida de los mismos del sistema económico hacia el sistema natural. Esta salida de los residuos puede realizarse mediante dos grandes grupos de mecanismos: el almacenamiento y la incineración.

Aquellos residuos destinados a ser almacenados se deben diferenciar en dos grandes grupos.

A) Los residuos sin problemas serios de toxicidad, peligrosidad o radiactividad. En este grupo están la mayoría de los residuos que se generan y el sistema más habitual de almacenado que se realiza para ellos es el vertedero controlado.

En estos vertederos los residuos se van depositando en capas, alternándolas con capas de tierra, para intentar evitar problemas sanitarios y malos olores.

Estos vertederos se intentan situar sobre terrenos impermeables o se realiza la impermeabilización previa del fondo y las paredes de los mismos, para poder garantizar que los lixiviados (líquidos formados por la disolución de los componentes de los residuos con las aguas de infiltración y que contienen gran cantidad de contaminantes) sean drenados, recogidos y tratados de forma controlada en depuradoras de aguas residuales, evitando así que se filtren en el suelo y contaminen los acuíferos.

 



Además se instalan unos sistemas de tuberías por todo el vertedero para permitir la salida de los gases que se generan por los procesos de fermentación anaeróbica de los residuos orgánicos, para evitar así que se produzcan explosiones o incendios, incluso después de que el vertedero sea clausurado.

Estos gases son el denominado biogás, cuyo principal componente es el gas metano (50%). Existen vertederos donde se recuperan estos gases para producir energía, son los llamados vertederos con recuperación de energía.

Una vez cerrado o clausurado un vertedero controlado se suelen colmatar y recubrir de capas de tierra que hacen posible rehabilitar dicho espacio para otros fines.

Los vertederos controlados presentan ciertos incovenientes como:

  • Ocupan e inutilizan grandes superficies de terreno.
  • A pesar de tomar medidas, pueden existir peligro de contaminación del subsuelo y de aguas subterráneas.
  • Pueden producirse incendios o explosiones incontroladas debido a los gases de fermentación.
  • Dan lugar a malos olores.
  • Peligro de proliferación de organismos indeseables (ratas).
  • Tienen tiempo de funcionamiento limitado.


Existen vertederos destinados exclusivamente para el almacenamiento de residuos de construcción y demolición, denominados vertederos de inertes o escombreras.

 

B) Los residuos tóxicos, peligrosos o radiactivos. Estos residuos requieren de tratamientos físico-químicos especiales de detoxificación o control, por lo que habrán sido previamente desviados a plantas específicas de tratamiento, en muchos casos, desde las mismas industrias productoras.

Después serán almacenados en lugares que presenten una seguridad y control muy exigentes, con sistemas aislados del entorno y suficientemente seguros.