2.3.3. Metamorfismo regional

El metamorfismo regional se desarrolla de forma progresiva, desde las zonas superficiales de la corteza terrestre hasta las más profundas, a medida que aumenta gradualmente la temperatura y la presión a la que están sometidas las rocas.

Por ser un proceso gradual la clasificación de este metamorfismo se hace mediante grados (grado muy bajo, bajo, medio y alto), cada uno de ellos se caracterizado por la presencia de determinados minerales (minerales índice)

Dependiendo del tipo de roca inicial y el grado metamórfico distinguimos distintos tipo de rocas (series metamórficas).

Por ejemplo, partiendo de una arcilla encontramos las siguientes rocas (de menor a mayor grado metamórfico):

 

Pizarra -izquierda- (bajo licencia Creative Commons, autor:Igancio Benvenut)
Esquisto -derecha- (imagen de dominio público, autor: Saperaud)

Pizarra. Su principal características es la pizarrosidad: un tipo de foliación definida por la cristalización orientada de minerales planares muy pequeños (fundamentalmente micas), que no son visibles a simple vista. La pizarrosidad es una característica típica del metamorfismo de bajo grado (baja presión y temperatura).

Esquistos. Cuando el proceso se encuentra más avanzado (mayor presión y temperatura) las laminas de mica son ya visibles a simple vista y la foliación se hace más patente (esquistosidad). El tránsito de pizarra a esquisto es insensible y con frecuencia es difícil de marcar un límite preciso entre ambas rocas.

 

Gneis -izquierda- (bajo licencia Creative Commons, autor: Siim)
Migmatita -derecha- (bajo licencia Creative Commons, autor: Pelex)

 


Gneis. En una fase más avanzada del metamorfismo desaparece la mica y se origina ortosa (más grande) dando lugar a una roca denominada Gneis. Al ser los minerales más grandes la esquistosidad es menos patente.

Migmatitas. Son rocas mixtas entre metamórficas y magmáticas ya que han sufrido fusión parcial (anatexia). Están formadas por bandas claras, correspondientes a minerales ácidos más claros y de menor punto de fusión, y bandas oscuras que concentran a los minerales básicos que se “resistieron” al proceso de fusión parcial.

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Un caso extremo de metamorfismo regional es la anatexia que conduce a la fusión total o parcial de las rocas como consecuencia de unas condiciones de presión y temperatura muy altas que originan magmas.

Cuando la fusión ha sido total, el enfriamiento de los magmas genera rocas graníticas denominadas granitos de anatexia, muy parecidos a los generados por los magmas ígneos. Si la fusión es parcial, las rocas resultantes presentan un carácter mixto y se denominan migmatitas. Por una parte tienen un origen magmático, resultante del enfriamiento del fundido parcial, y por otra parte no han perdido totalmente su carácter metamórfico. Como consecuencia de este hecho presentan un bandeado claroscuro característico. (imagen de migmatita bajo licencia Creative Commons, autor: Siim)

 


Icono IDevice Curiosidad

Si en vez de partir de arcillas lo hacemos de rocas ígneas básicas se obtiene rocas parecidas a los esquistos pero de color verdoso (esquistos verdes).

 
El esquisto verde se ha usado desde la antigüdedad. En Egipto se usaba para hacer amuletos, los más antiguos que se conocen están hechos de este material y tienen formas de animales o cosas parecidas. En el yacimiento de la Sierra de Atapuerca en Burgos, se han encontrado herramientas de esquisto cuarcítico. (imagen bajo licencia Creative Commons)