2.2. Peculiaridades del Posromanticismo
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Autor: antonioxalonso. En Flickr bajo licencia Creative Commons |
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El Romanticismo en España fue relativamente breve. Como hemos dicho, enseguida aparece contrarrestado por un movimiento de signo diferente: el Realismo, una reacción objetivista frente al subjetivismo romántico.
Sin embargo, este subjetivismo tardorromántico aún persiste en estos años con autores como Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. Por tanto, estos escriben en el llamado Posromanticismo, una estética de transición entre el final del Romanticismo (hacia 1850-60) y la consolidación del Realismo (sobre 1870).
- La nueva estética posromántica, especialmente en la poesía, nace de la armonización de dos corrientes o influencias:
- La popular española (romance, cantar, etc.)
La de la canción lírica alemana (lied), sobre todo con el conocimiento del poeta alemán Heine.
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Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
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¿Cuáles son las características peculiares del Posromanticismo? Podemos dividirlas en dos aspectos: temáticos y formales.
En cuanto a los temas, los posrománticos practican una poesía intimista, basada en:
- Emociones y sentimientos personales. Los temas históricos y legendarios dejan de cultivarse tanto como antes. Del mismo modo, el exceso dramático del Romanticismo da paso a un tono melancólico y dolorido en el que adquiere una presencia total el yo del poeta.
- La naturaleza, que se convierte siempre en un reflejo fiel del estado de ánimo.
- Amor y pasión como sentimientos individuales de lirismo.
- Búsqueda de lo bello.
Des el punto de vista formal, sus textos se caracterizan por:
- Cierta pérdida de interés por la foma para hacer hincapié en los aspectos emotivos. Es evidente una disminución de la retórica formal del Romanticismo.
- La poesía narrativa, tan propia del Romanticismo, decae para dejar paso a lo lírico.
- Búsqueda de la sencillez y huida del adorno inútil. Se cultiva la forma breve, el ritmo ajustado y la rima asonante, mucho menos enfática que en el Romanticismo. Se buscan nuevas formas métricas y ritmos, una especie de "música interior" que refleje también la subjetividad.
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Volved, ¡oh, noches del invierno frío,
nuestras viejas amantes de otros días!
Tornad con vuestros hielos y crudezas
a refrescar la sangre enardecida
por el estío insoportable y triste...
¡Triste... lleno de pámpanos y espigas!
Frío y calor, otoño o primavera,
¿dónde..., dónde se encuentra la alegría?
Hermosas son las estaciones todas
para el mortal que en sí guarda la dicha;
mas para el alma desolada y huérfana
no hay estación risueña ni propicia.
Rosalía de Castro. Fragmento de En las orillas del Sar