Te invitamos a que leas el siguiente artículo:

 

 

 

Uno de los motivos de la sobreexplotación citada en el artículo es que los recursos pesqueros son calificables de recursos comunes.

 

Investiga en qué consiste este concepto económico y compáralo con los bienes públicos de los que hablamos cuando tratamos los fallos del mercado.

Lee la siguiente entrevista al sociólogo y filósofo Joaquin Sempere:

FERNANDO SEGURA. El País, 28 de marzo de 2003

El sistema económico capitalista actual es insostenible. Ésta es la opinión de Joaquim Sempere, doctor en Filosofía y profesor de Teoría Sociológica y Sociología Medioambiental de la Universidad de Barcelona. Sempere, que ha impartido una conferencia en San Sebastián, añade que el consumismo provocará una catástrofe ecológica que perjudicará sobre todo a los países más pobres.

- ¿El modelo económico consumista provocará la destrucción del ecosistema o ésta es una previsión alarmista?

- Es difícil contestar, ya que desconocemos la capacidad de resistencia de los ecosistemas. Todas las previsiones, como las efectuadas por Lester Brown, fundador del Instituto Worldwatch, muestran una tendencia hacia la pérdida de tierras cultivables y la reducción del agua potable. Todo ello repercutirá en lo más básico, en la alimentación y en salud. Creo que sí vamos hacia una catástrofe, pero selectiva. Afectará a los países más pobres, a los que están en peores condiciones para acceder al mercado de grano, a los situados en zonas áridas y a los que tienen más dificultades para acceder a las soluciones técnicas.

- Ignacio Ramonet dice que la mercantilización generalizada se traducirá en un formidable agravamiento de las desigualdades...

- Estoy absolutamente de acuerdo.

Imagen 10. Autor: Desconocido. Diario El Periódico. Licencia: Copyright.

- ¿La incorporación al consumo de países emergentes, como pueden ser China o India, con sus enormes poblaciones, contribuirá a agravar la situación?

-China está creciendo del orden del 10% anual, un porcentaje enorme, unido a una población de 1.300 millones de personas. Esto representará una presión humana brutal sobre los ecosistemas, ya que crecerán demandas de todo tipo, empezando por las alimentarias. También habrá más demanda de artefactos industriales, con el consiguiente gasto de energía, recursos naturales y contaminación. Ahora bien, no se puede negar el derecho de nadie a querer mejorar su nivel de vida. La manera más razonable sería hacer entrar en tromba en el mercado las nuevas tecnologías ahorradoras de energía, metales y otros recursos naturales, pero no parece que las cosas vayan por ahí.

- ¿La aparición de líderes como Lula da Silva en Brasil, empeñados en la defensa del medio ambiente, es una señal de que la sociedad está concienciada y elige dirigentes respetuosos con el ecosistema?

- No estoy nada seguro. En el ascenso de Lula han prevalecido los aspectos sociales sobre los ambientales. Seguro que en Brasil hay conciencia ambiental en algunos sectores, pero serán minoritarios. En el mundo, en la campo de la economía todavía son muy pocos los profesionales que han asumido esta problemática y que trabajan en la elaboración de marcos teóricos alternativos.

- Sin embargo, en el núcleo duro del capitalismo especuladores como George Soros ya han alertado sobre la crisis del sistema...

- No niego que el tema medioambiental esté presente en todas partes, pero vamos muy retrasados en la elaboración de alternativas teóricas que nos permitan manejar la cuestión. Por ejemplo, los instrumentos de contabilidad nacionales siguen siendo los tradicionales. Uno oye a economistas que se llaman de izquierdas hablar de socialismo y, al mismo tiempo, defender el crecimiento, sin más.
- ¿Los movimientos antiglobalización reflejan que la sociedad se ha cansado del productivismo o son una simple moda?

- Ha aumentado la conciencia de que hay que cambiar de modelo. No obstante, se trata de un malestar todavía informe, no acaba de adoptar decididamente un modelo alternativo. Muchos de estos jóvenes que protestan con entusiasmo y buena fe se quedarían muy sorprendidos si tuvieran que empezar a adaptarse a una sociedad más frugal. Nos hemos educado, y los jóvenes aún más, en un mundo en el que sobra de todo.

- ¿Catástrofes como el hundimiento del Prestige o la enfermedad de las 'vacas locas', en principio tan distintas, tienen un origen común en este contexto ultraliberal?

- El productivismo que genera esta ganadería estabulada e intensiva, con el objetivo de convertir a los animales en fábricas de carne y leche, ha mostrado que provoca enfermedades nuevas, situaciones de higiene nefastas y un aprovechamiento irracional de los recursos. Por otra parte, el accidente del Prestige indica que no podemos depender de recursos finitos y mal repartidos en el mundo. Hay que ir a un modelo energético en el que la producción y el consumo estén cerca, por ejemplo, mediante paneles fotovoltaicos. Se pueden sustituir los carburantes derivados del petróleo por otros generados mediante plantas oleaginosas.

Imagen 11. Autor: Desconocido. Licencia: Copyright.

- ¿Las grandes corporaciones suministradoras de energía basada en el petróleo, carbón o en plantas nucleares estarían dispuestas a perder protagonismo?

- Estas compañías son las que están frenando los cambios, con un cálculo miope a corto plazo. Hay una excepción, la British Petroleum ya ha entrado en la industria de los paneles solares. El resto de las empresas también deberían ir reconvirtiéndose, pero no lo hacen por la necesidad de amortizar las inversiones multimillonarias que han realizado en las energías tradicionales.

- ¿Cómo se puede conjugar el desarrollo sostenible con el progreso económico?
- Hay signos optimistas. Empezamos a tener muchas técnicas amigas de la tierra y que permiten adaptarse a energías limpias. La base tecnológica existe, pero falta la voluntad política de los grandes 'decididores'.