La obtención de energía eléctrica a partir de la corriente de agua se basa en crear un salto de agua en una presa y aprovechar la energía potencial de la caída para convertirla en energía cinética que al pasar a través de una turbina, produce electricidad.

Además, ésta energía puede ser controlada y se producirá o no en función de la demanda que haya.

Se trata de un energía limpia que además puede ser reutilizada, y que no contamina ya que el agua continúa fluyendo posteriormente y continúa su curso normal.

Su principal inconveniente es el costo y complejidad de sus instalaciones, y las consecuencias negativas de embalsar agua en presas por su impacto ambiental y social.

Hoy en día la energía hidráulica es la primera de las renovables a la hora de producir energía eléctrica en el mundo. Los principales productores de energía hidroeléctrica en el mundo son, en este orden, Canadá, Brasil, EEUU y China.

Las centrales hidroeléctricas suelen ser de dos tipos:

- Centrales de agua fluente que están en sitios donde la energía hidráulica se usa al instante y funcionan mediante la construcción de presas en el cauce de los ríos.

- Centrales de agua embalsada que a su vez, pueden ser de regulación o de bombeo.