Comunicación y lenguaje II: Empleamos el idioma como instrumento de comunicación

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Las personas podemos comunicarnos empleando el lenguaje verbal. Y lo hacemos de dos formas: mediante el uso de la lengua oral y de la lengua escrita. Ambas se realizan, como ya sabes, por medio de las palabras. Las dos son, evidentemente, variedades de una misma lengua; sin embargo, existen unas diferencias claras entre ellas.

A pesar de que todos usemos una misma lengua, se producen muchas variedades en ella. Piensa, por ejemplo, en la distinta forma en que emplea el castellano un hablante andaluz y un madrileño; tampoco es igual el habla de una persona culta que la de un analfabeto, ni el uso que hacemos del lenguaje en unas situaciones o en otras (no hablamos igual cuando nos dirigimos al director de nuestra empresa que cuando lo charlamos con nuestros amigos). Como sabes, George es americano. Cuando usa el español, también lo hace de una forma específica y distinta de la de los demás.

Existe una gran diversidad de lenguas en el mundo, la mayor parte de las cuales se habla en el continente africano (más de 1300 idiomas distintos; sus hablantes, en algunas ocasiones, no superan el centenar). En una buena parte de las naciones, es frecuente el bilingüismo. En España, existen comunidades bilingües: Cataluña, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Galicia y País Vasco. Afortunadamente, vivimos en una sociedad en la que esta variedad es vista como una riqueza cultural para nuestra nación. Además, dentro de ellas, se producen lo que denominamos variedades dialectales o regionales. Nos detendremos en el estudio de todas ellas para conocer un poco más de cerca la realidad plurilingüe de nuestro país. George había oído hablar de las comunidades autónomas, pero desconocía que algunas de ellas tienen lenguas propias. Recorriendo España, se llevará una sorpresa, como vas a comprobar.

Registro coloquial. Imagen de elaboración propia

Todos estos usos peculiares los abordaremos a lo largo de este tema, en el que prestaremos, asimismo, especial atención, a la corrección lingüística y al respeto por la norma como garantía de la conservación del idioma, especialmente cuando usamos la lengua escrita.