El desarrollo y la estrategia empresarial: Localización y dimensión de la empresa


Imagen 1. Elaboración propia

La creación de una empresa implica la toma de dos decisiones importantes que van a condicionar su futuro:

  • La localización: ¿dónde instalar nuestra empresa?, ¿en el centro de una ciudad o en las afueras?, ¿cerca o lejos de otras empresas competidoras?, etc. Esta decisión no sólo va influir en sus costes fijos y variables, sino también en el volumen de demanda de sus productos y servicios y, por lo tanto, en sus ingresos.
  • La dimensión: ¿en qué instalaciones (factorías, almacenes, centros administrativos o puntos de venta) desarrollará su actividad?, ¿qué número y tipo de trabajadores serán necesarios?, etc.
Desde el punto de vista jurídico, cuando hablamos de localización de la empresa nos referimos a su domicilio social, que se fija normalmente teniendo en cuenta criterios fiscales, el mercado en que se desarrolla el grueso de la actividad de producción y ventas, la procedencia de los propietarios o una combinación de todos o algunos de los anteriores criterios. Cuando hablamos de dimensión de la empresa nos referimos al número y tamaño de sus instalaciones en un momento concreto.

 

Localización y dimensión son aspectos que van íntimamente ligados, ya que la dimensión de una empresa, es decir, su capacidad productiva, vendrá determinada fundamentalmente por la demanda potencial del mercado que puede atender desde la localización elegida. Además, son dos decisiones estratégicas (a largo plazo), pues requieren una inversión considerable y, una vez puestas en práctica, no son fáciles de corregir.