1.2. Origen del Sistema Solar


Imagen de fondo de animación de dominio público (NASA)

 

 

Según la teoría más aceptada el Sistema Solar se formó a partir de una nebulosa. Ésta, debido a su propia gravedad, empezó a comprimirse y disminuir su tamaño. Durante este proceso, los movimientos giratorios que pudieran existir inicialmente se incrementaron, como consecuencia, la nebulosa fue adquiriendo una forma lenticular al concentrase las partículas en el plano de mayor fuerza centrífuga: el plano ecuatorial.

  • El Sol y los planetas surgirán de esta nebulosa, razón por la cual todos giran en órbitas coplanarias y en el mismo sentido (mismo plano y sentido que la nebulosa “madre”, o también llamada nebulosa crisálida).


Al aumentar la densidad, la temperatura también aumentó hasta que, en la zona central, se iniciaron las reacciones termonucleares propias de las estrellas (H = He + En).

¿Cómo se pasó de una nube en rotación rápida a unos pocos planetas individualizados?:

Después de la fase de contracción la nebulosa sufre un enfriamiento. Esto origina la condensación de los materiales. En las zonas internas la condensación afecta sólo a los componentes más densos (como el hierro y los silicatos), los gases se escapan debido a que el calor impide su condensación. No obstante, en las zonas más alejadas el material condensado incluye también a estos componentes volátiles.

  • Esto explica por qué los planetas interiores son más densos y los exteriores más gaseosos y grandes (existía más disponibilidad de materia condensada).

 

Nebulosa con planetas en formación. (imagen de domino público, NASA)

 


Los planetas, por supuesto, no se condensaron de una vez, sino a partir de bloques de diversos tamaños (denominados planetesimales). Estos cuerpos chocaron entre sí acoplándose unos a otros (acrección colisional) hasta que la mayoría adquirió órbitas estables, coplanarias y casi circulares.

  • Esto explica por que en los planetas existen huellas de impactos.


El proceso de choque duró millones de años y se desprendió tanta energía que los planetas se encontraban en estado de fusión.

En los planetas interiores o rocosos, los materiales más densos fueron desplazándose hacia el interior. Esta es la razón de que los materiales de los planetas como la Tierra (Mercurio, Venus y Marte) se distribuyan en capas de diferente densidad.

Los planetas exteriores o gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) siguieron el mismo proceso. Como consecuencia de su tamaño, fueron capaces de atraer y mantener los gases de hidrógeno y helio arrastrados por el viento solar en el proceso de formación del Sol. Hoy día, se piensa que bajo la atmósfera de los planetas gaseosos hay un núcleo de material rocoso.

Icono IDevice Para saber más
Si estás interesado en conocer más acerca de las diferentes teorías de cómo se originó el Sistema Solar y la Tierra puedes acceder a la información sobre este tema en la página de Astromía.